HERENCIAS

HERENCIAS
Violeta Yangüela
Aristóteles decía que la mujer era un hombre imperfecto, que la mujer es pasiva y receptiva y el hombre es activo y el que siembra. El código hindú dice que al nacimiento de un varón, el padre debe festejarlo con cantos sagrados y fiestas religiosas mientras que en el nacimiento de una hembra reina el más profundo silencio.
En el Islam la violencia contra la mujer pasa desde los latigazos públicos, la ablación, la lapidación y la muerte por el honor de la familia.  El honor se fundamenta en la mujer. Según cuentan, Dios creó a la mujer de la costilla de Adán y para colmo es Eva la que provoca el bocado a la manzana.  La manzana de la discordia.  También la de Blanca Nieves.  Menos mal que apareció Newton con su manzana.
San Pablo se ocupó de poner a la mujer en “su sitio” cuando dice que el varón es la cabeza de la mujer y advierte que la mujer no casada sólo tiene que preocuparse de las cosas del Señor, de ser santas en cuerpo y en espíritu.  San Pablo dejó a la mujer “descerebrada”. Se le prohíbe pensar.
Entre Confucio y Buda se haría difícil darle el premio a la mejor.  Confucio afirma que el papel de la mujer puede definirse con un sólo verbo: obedecer.  Evidentemente que es conciso el hombre. Buda en su afán de competencia establece que la mujer es la personificación del mal. No es de extrañar que nunca haya brujos en los cuentos infantiles, ¡!siempre son brujas!!
Con esa carga conceptual del “sitio” de la mujer, el mundo moderno hace su aparición. Con la llegada de la revolución norteamericana y la instauración de las leyes civiles, la religión se colocó en su sitio y el Estado en su otro sitio, lamentablemente no en toda la geografía, y empezaron las transformaciones en el ámbito público y de lo privado.
Ya lo había dicho el Señor: al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios.
En el siglo pasado, surge una pildorita, la píldora anticonceptiva,  que habría de revolucionar el ámbito de lo privado en las relaciones hombre-mujer y que daría lugar a la liberación sexual de las mujeres. Y esa liberación sexual supone quebrantar el argumento por la que se ha ejercido y aún  se ejerce su dominación e invade  la búsqueda de transformaciones a nivel público.
Las transformaciones a nivel público con leyes y normas que penalizan la violencia doméstica, se encuentra a nivel privado con los rastros de una herencia conceptual de la condición femenina pensada y articulada  por pensadores y religiones a lo largo del proceso histórico de la humanidad.
Dos botones. En la actualidad las políticas chinas para el control de la natalidad norman el nacimiento de un solo hijo por matrimonio. La preferencia del varón hace que  al nacer hembra los asesinatos de las recién nacidas se conviertan en titulares de los medios de comunicación globales y en Malasia 800 mujeres musulmanas han creado el Club de las Esposas Obedientes para enseñar a las mujeres a ser sumisas y mantener a sus hombres felices en el dormitorio. Parecería que Alá y Confucio se juntan.
v.yanguela@codetel.net.do

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Presentación del libro: 'Parerga y otras historias secundarias o accesorias y algunas vidas extraordinarias' Autor: Lorenzo M. Soriano Rodríguez Presenta: D. Octavio Calderín, Miembro Junta Directiva - Conservador de la RSEAPT
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