CARBURANTES
En Canarias, se vive en territorio
fragmentado, con orografía tremendamente irregular y donde las comunicaciones,
los transportes y los traslados se deben de hacer por carretera en su mayor
parte; donde los transportes marítimos son inconcebiblemente caros, y donde los
transportes aéreos, como dueños de un
mercado cautivo, está a lo que quiera
arbitrar el ofertante. La Ley del Mercado aquí no se impone. Y cuando se
impone, se hacen acuerdos para que nos
maceren bien maceraditos.
Así pues, el automóvil, es la única y real opción
que le queda al ciudadano, usuario, particular, empresas o entidades. Seamos serios, bromas de trencitos
aparte, y dada la inaudita cerrazón de no construir carreteras, cuando se
permite- como no puede ser de otra manera- la brutal entrada de vehículos al
parque móvil cada año, tenemos lo que nos han planeado estos ceñudos eruditos
del caos. No se cual es su intención pero, la hay créanme, “cherchez –la….”. Póngase
lo que se quiera.
Puede que sea esta simplemente, al fin y al
cabo sus mentes son simples como de mecanismo de chupete, al saberse impunes a
todo, no dan para grandes trucos. Me
referiré a Tenerife por abreviar el asunto.
Se tarda en ir y venir al Sur desde la capital, una
media de tres horas, para hacer 160 kms. bobitos. No digamos si se pretende ir
desde el Norte próximo y a una hora temprana; cinco horas de media entre ir y
volver para 200 Kms. bobitos .
Significa esto perdida para las empresas,
tiempo de ocio machacado a particulares, a
trabajadores que somos casi todos, y a los turistas que nos visitan y
alquilan autos. Es psicológicamente nefasto, nervios, accidentes, angustias,
stress, malos humores, broncas y pitadas, y por ultimo pero no menos cruel, los
carburantes. ¿Se han dado cuenta de
que es como la tensión alta. “El
Silent Killer”, el asesino silencioso de nuestros bolsillos? ¿Han visto
como suben cada día el precio de lo que no nos queda más…. remedio que aceptar?
Por mucho que bajen los precios, a niveles de los años 70 por los intereses encontrados de los productores, nos aplican elefantiasicas subidas alegando unos centimos de repunte y paupérrimas bajadas cuando se paga a casi la mitad el barril. ¿Cuándo nos mienten? Siempre, es la respuesta. Nos tienen atrapados. Nadie dice nada a esto. Será porque, como asevera nuestro
insigne político, “aun queda mucho trecho para que nos igualemos en precios con
la península”. Sigamos jugando con esto, con el paro, con la formación, con las
carreteras, con la sanidad, con la seguridad y con la ecología. Sigamos
creyendo que el dinero y el bienestar es mágico, y que lo que tenemos de
diferenciador es nada, que nos han dado prebendas por ser los canarios unas
gentes simpáticos con acentito meloso y que decimos si a todo, al que sea y al
que venga, con tal que deje a nuestros políticos caciquear a sus anchas en sus
cortijos canarios. Porque son los nuestros los que nos tienen así, y se les
sigue votando. Paradojas del destino.
L. Soriano
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