TARJETAS B
L. Soriano
Me había prometido no hablar de este asunto debido a
que mi agotada paciencia ya no me permite la moderación, y además creo que ya
no es ni conveniente tenerla. Ni quiero ni puedo ni debo tener la mas mínima
comprensión ni condescendencia con el comportamiento humano que se da entre la
casta político-funcionarial española.
Si, es importante insistir en esto último ya que la “campaña” por
igualar responsabilidades me provoca repugnancia elevada. En casi todos los
medios, se habla de que hay que regular a los empresarios y a las empresas para
evitar las malas prácticas, y esto de verdad, me pone del hígado. Cierto y
verdad que sin duda alguna hay que perseguir el fraude fiscal que exista en el
empresariado, en los trabajadores por cuenta propia y en los profesionales. Ya
se hace y con bastante eficacia a veces y con arbitrariedad e indefensión del
contribuyente siempre. Pero a mí personalmente, lo que me preocupa de verdad es el dinero público. Su uso y destino.
Así, no es lo mismo Roldan que Conde, aunque a Prisa se le encomendara
la tarea de lavar el cerebro de los mas españoles posible e igualarlos en
maldad y fealdad. No es lo mismo Mariano Rubio que De la Rosa, por muy
repugnantillo que me caiga el de apellido floreado. No es lo mismo Pujol que cualquier empresario
estafador. No, y nunca. Esa burra no la
compro. Los empresarios si delinquen contra el fisco, aunque sea aberrante la
Ley, tienen que pagar por ello, sin duda alguna. Los funcionarios y Políticos que
roben, desvíen, malversen o sean responsables de hinchazón de facturas de obras
y concursos deberán ir a la cárcel, ser
embargados y despojados de todos sus bienes hasta que devuelva lo desviado,
inhabilitados y deshonrados. No es lo mismo que me robe un Banquero o que se de
fiestas en su yate a mi costa, a que el Político/funcionario con dinero público
sea uno de los hombres más ricos de España. Yo pongo el dinero en el Banco que
quiero, asumiendo el riesgo de que
puedan robarme, pero el político me obliga a pagar un dinero sin excusa, para
gastárselo en sus correrías y vicios. Así pues, no nos dejemos chantajear
mentalmente. Ayer cuando leía “El Gobierno prepara ya una norma para que
las empresas difundan sus políticas
contra la corrupción y soborno”, me sobrevenía una ira justiciera que me subía
la bilirrubina. ¿Desde Cuando Caja Madrid, la de Canarias, la del pianista Serra
o cualquier otra eran una empresa “normal?”. Si, son entidades de dinero
público, sin ánimo de lucro o cuyo beneficio es a distribuir en obra social y
demás. Y si, había Cajas, aunque
tardaron segundos en borrarlas y pasarlas a Bancos, estos si ya sin normativa y subordinación publica.
Tampoco hay solo tarjetas, hay dietas, todos cobran dietas, en consejos en
administraciones, en todo lo que se les peta, y eso no lo van a investigar
porque al parecer es correcto y legal. Solamente la Junta de Andalucía en
2011-2012, con la que caía, repartió 4
millones de euros en dietas y están tan contentos y nosotros amansados.
Cuando uno de los más relevantes socios de PW y C decía estos días que los inversores de fondos creen que en
España la regulación es oscura, cambiante y sesgada, o sea que no están claras
las reglas y que ello supone uno de los mayores frenos a la inversión foránea
tan necesaria ella, debemos admitir que hasta en eso nos perjudica esta
“canalla” que en general nos gobierna. Normativas, reguladores, controladores
con acceso al BOE, sesgados, volubles y lamentablemente previsibles.
Rescatamos Caja
Madrid con dinero público y tenemos que asistir a como se lo gastaban esta
reproducción de la Beautiful Poeple, cutre, voraz y felona. Y no son los únicos
ni la única causa de gasto. ¿Haremos algo? Lo dudo mucho. A reflexionar.
2 comentarios:
Completamente de acuerdo, sólo una cosa, ¿podrías poner la letra más grande? No se a los demás, pero a mi me ha costado mucho leerlo, y no uso gafas.
Un saludo.
perdona pero creeme que no se como cuando doy a publicar se descuadra, se achica,se cambia de lugar la foto.
lo siento y gracias por leerme
salud
Publicar un comentario