V I G I L A N T E
S. - L Soriano.-
El genial Borges,
aquel que decía que la democracia “es un abuso de la estadística”, aludiendo a
los pocos votos que en realidad sacan
los que nos gobiernan, sin pudor alguno por ser tan minoría, ya nos advirtió en su poema: “Dios mueve al jugador, y éste, la pieza.
¿Qué Dios detrás de Dios la trama empieza”?
¿Qué Dios detrás de Dios la trama empieza”?
El poeta
romano Juvenal, también esbozaba sus temores en su observación«¿Quis custodiet ipsos custodes?»,
traducido por, quien vigila a los
vigilantes.
Sinceramente lo
que ocurre en este país donde al parecer hay licencia para robar en toda la
Elite Funcionarial, Institucional y Administrativa, desde pequeños hurtos hasta
inmensos latrocinios, pasando por tramas organizadas para recolectar dinero de
manera fraudulenta y mezquina, es inconcebible. Dinero que luego falta para los
gastos sociales, y para las atenciones, pensiones, y demás necesidades imperiosas
que sufre nuestro país, donde Caritas es el eje fundamental donde gira la asistencia social. Y que además es causa de que surjan
movimientos totalitarios a todos vientos
y que incita a pensar en otros sistemas y en otros modelos demostrados
peligrosos a lo largo de la historia con cientos de millones de muertos,
sacrificios de generaciones completas, reeducaciones, torturas y experimentos
sociales de una infinita crueldad. Y es inaudito porque existen controles
varios, sesudos y muy bien remunerados para evitar los desmanes de los regidores,
gobernantes o responsables institucionales. Y además esta la Implacable
Hacienda Pública, que omnipotente, ve todo lo que quiere ver, aunque se ciegue
con lo que no es de su interés. Pero al parecer, los balances que se revisan,
los ingresos que se fiscalizan, los “errores” que se localizan, solo
corresponden a los que no hemos pagado las correspondientes “bulas”, o
adquirido ciertos privilegios de casta, secta o clan, camarilla, facción o
grupo. El Banco de España, regido en su día por el secuaz esbirro de ZP, El
Mafo, ha sido el mayor responsable de nuestra crisis, y se ha ido sin pasar por
el castigo a sus desmanes por omisión al menos. Su labor era supervisar el
juego justo de la economía, el “in vigilando” y
la protección de la ciudadanía a todos los niveles para que sus
transacciones y actividades económicas fueran legitimas, transparentes y
justas. Lo de Bankia y su salida a bolsa mintiendo, ocultando y manipulando
información, balances e informes, ¿no tenía a una CNMV rigurosa y vigilante,
tan escrupulosa ella en lo que se refiere a empresas privadas que no manejan
influencias en las altas esferas y tan laxa en este y otros similares casos?
¿Como es que la normativa que regula los prestamos, sobre todo los
hipotecarios, no ha cambiado, aun a sabiendas de que es oscuro, perverso, malo
en sí mismo y de muy complicada solución cuando surgen los problemas? ¿Como es
que la Banca y otras entidades financieras, a las que había que “salvar” por el
bien de España, “pueden” y de suyo actúan a su libre conveniencia porque legalmente es licito hacerlo, ya que el estado
hace la vista gorda para que les financien esa deuda elefantiásica que han
contraído en nuestro nombre y que ha asolado los fondos de reservas y
pensiones. Y que hoy y ahora todo eso continua sin pudor y sin freno? Quizás
hubiese sido mejor que nos “intervinieran”, y al menos pusieran al descubierto
a los ladrones, corruptos y prevaricadores, y al no tener nada que “negociar”
con ellos, ahora no estarían libres, algunos aun con escolta, y quizás hubiesen devuelto parte de lo expoliado. Esa Troika a la que se le tenía pánico, y que
se presume como merito el evitar su
venida, ¿quizás fuese España un país que la necesitara indispensablemente? Esas
tarjetas B, con esos curiosos gastos en ellas cargados y con soporte contable
en “deudas y quebrantos”, que distintas son de las que nos tachan los
inspectores cuando no se ajustan al criterio riguroso que se nos aplica a
los contribuyentes “mortales” y que nos
revocan con paralelas, multas, sanciones, recargos y hierro candente. Qué
cosas, que todas las de “ellos” pasaran inadvertidas y “colaran” a los ojos de
los espabilados, diligentes y activos controladores.
Los incrementos en los presupuestos, y adjudicaciones, los sobrecostes en las
adjudicaciones, y los “flecos” de la Obra pública tan llamativos y de tanta
envergadura, ni uno hubo que atajar. No entiendo cómo se atreven a cobrarnos
los impuestos ni como no nos bajan los combustibles, ni como no nos piden
perdón, dimiten todos, devuelven lo estafado y se dedican a trabajar como
privados para intentar producir al menos una decima parte de lo que han
depredado. Sera condición humana, quizás agravada por la españolidad, pero lo
que es cierto es que conlleva una falta
de dignidad que da miedo y ahoga en vergüenza. Ellos no se controlaran. A Reflexionar.
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