LA NEGACION. L.Soriano
La negación sistemática
a aceptar lo evidente es ya de por si un fracaso, antes incluso de poner a
prueba sus argumentos cerriles. Estamos en la situación de negar todo. Los que actualmente
gobiernan, se niegan a cambiar nada que les pueda alejar de sus privilegios ni
de sus actuaciones para conservar el
poder. Los que quieren arribar y derribar para situarse el su lugar, se niegan
a reflexionar sobre lo posible y lo imposible. Solo construyen fantasiosos
castillos sobre lodos movedizos, sin ninguna posibilidad de hacer cumplir sus
promesas ni hacer realidad propuesta alguna, al menos sin sufrimiento,
violencia ni terror. Los primeros se atrincheran, los segundos radicalizan sus
intenciones y los que tienen aun la
posibilidad de elegirlos se debaten por elegir entre lo malo y lo peor de cada opción. Eso sí, con la sensación
y hasta la certeza de que, elijan lo que elijan, saldrán perdiendo todos.
Cuando los que
manejan el poder y los resortes del Estado se numantinizan en sus rancias
propuestas asegurando que “volveremos donde estábamos y devolveremos lo perdido”.
Y que “las reformas de la
administraciones están hechas” o que “ya hemos dejado atrás la crisis y la recesión”. Pretendiendo que son “la única proposición seria
y coherente” y repitiendo que si no son ellos será el desastre. Por lo que habrá
que “aguantarles” sus rapiñas, corrupciones, manejos, nepotismos y clanismos,
porque lo que venga será peor. Cuando ocurre esto, el resultado se vislumbra sombrío
y la historia nos enseña lo que suele ocurrir, a veces muy dramáticamente con trágicos
resultados.
Cuando los que
aspiran a desbancarlos para ponerse ellos en su lugar, prometiendo el “mana”
del cielo, más dinero, mas salario, mas
privilegios, mas Estado, mas gasto púbico, mas subvenciones y mas
demagogia imposible con supresión de todos los recortes y todas las deudas . Y
que ellos conseguirán la forma de pagar todo eso sin problemas, cogiéndolo, quitándolo o pidiéndolo
sin especificar bien quien será el financiero. Cuando esto ocurre, ya el
fracaso se consolida. La salida, cualquiera que sea es desastrosa, laminadora,
e imposible de controlar.
Los griegos
quieren continuar un sistema inviable, con privilegios que no pueden pagarse
sin la ayuda de Europa. Están convencidos de que es la “austeridad” y no el derroche lo que les ha llevado al
desastre, y que ellos, si se endeudaron, fue porque tenían "derecho" a vivir como
europeos, con sus privilegios enteros, pero sin hacer mención a sus
obligaciones.
En España los
partidos tradicionales quieren imponer su sistema envuelto en su modelo y no
renunciar a el advirtiéndonos que son lo único que tenemos con cierta solidez. Así
pues, no podemos confiar en ellos para cambio alguno que nos beneficie. Los
partidos emergentes ofrecen cambios radicales unos y moderados otros. Dentro de
la legalidad unos, otros traspasando leyes vigentes. Con ciertas viabilidades
unos y con demagogias imposibles otros. Si a esto sumamos que al electorado
español, propenso a la demagogia, le gusta que le mientan incluso si las mentiras son ofensivas si les dan ilusión, esperanza y sueños, el
desastre lo tenemos servido.
Sin embargo,
desde mi punto de vista creo que votando legitimamos el juego de la negación, y
si no votamos parece que no tomamos parte en nuestro futuro. Pero lo que
tenemos ya lo conocemos, y no se marcharan ni cambiaran su modelo
voluntariamente. Los que prometen imposibles, al menos les han
plantado cara y tienen la posibilidad de derribar el sistema, y una vez
derribado, tendremos la posibilidad de canalizarlo. Estemos atentos .Solo la posibilidad, ya
que otra es que hayamos despertado a una
bestia que no podamos domeñar. Ahora a
Reflexionar.