Discrepantes


DISCREPANCIA ……Del Interventor.                                                                                                                                                              L. Soriano                                                                                                                                                               Los trucos o triquiñuelas para saltarse la Ley, que al parecer existe, que cosas, en cuanto a la aprobación de presupuestos inasumibles y aceptación de gastos impagables, la mayoría nido de corruptelas innombrables, son varios y variados. Sin embargo hay uno en el que quiero hacer hincapié. La Discrepancia del Interventor.         

¿Sabían que la mayoría de los presupuestos en este país, de al menos tres de las cinco Administraciones que nos extorsionan, se aprueban y se materializan con la discrepancia del que se supone debe de revisarlos, estudiar la viabilidad de los mismos, el beneficio que reporte a la ciudadanía, y la posibilidad de pagarlos?  Pues eso. Con la Discrepancia de Interventor.

Aquí la Ley la cumplimos unos pocos malditos, nada más, el resto se la pasa por el arco del triunfo. Sin embargo lo que debemos preguntarnos no es porque lo hacen sino porque pueden hacerlo. Bastaría un sencillo tramite para que o bien la Ley se cumpla en todo su rigor o, en el caso que existieran lagunas o nuevas experiencias en cuanto a su aplicación o interpretación, se aclarase expresa y concienzudamente, lo que se puede y lo que no  se puede hacer con su correspondiente modificación o sustitución.                                                                                                        Es como cuando se ladra al Banco.  El Banco es solo un instrumento al que el Estado le impone las reglas que debe observar para entrar a operar. Si son muy estrictas, no habrá Bancos y si son muy flexibles arruinaran a los ciudadanos. Si el estado no actúa en protección de los ciudadanos por razones tan espurias como dejarles que nos trituren a cambio de que les compren la deuda Nacional cuando lo necesiten, el responsable es el Estado, nunca el Banco.  Pues aquí, lo mismo que es igual. Como en las banderas, como en los protocolos de Estado, como en todos los aspectos, si renunciamos a lo que no nos gusta o lo soslayamos, la teoría del Caos, dejara pues de ser una teoría.

Debemos exigir de una manera que sea además mas allá de la simple vehemencia que jamás y nunca se  aprueben presupuestos con “discrepancia del Interventor”. Si eso frena algo alguna actividad, que se evite o quite el freno de otros lados, pero si el Interventor, responsable, no aprueba la inversión, gasto o partida,  que no se pueda materializar sería lo deseable.              Yo voy más lejos. Para evitar la discusión relevaría a las Administraciones Autonómicas de toda capacidad de recaudación y a las Locales la de la mayoría de ellas. A las Diputaciones o Cabildos simplemente los extinguiría por integración en las Autonomías…. o viceversa. Lo que también sería posible. Dos administraciones superpuestas no, pero si hay que elegir, que se elija entre una de las dos. Sin embargo a fuer de querer ser posibilista, la medida de anular lo que sea discrepado, sería un paso enorme para la lucha contra el despilfarro, el derroche y la corrupción Institucional, que es casi toda.

A reflexionar.

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