REVERSE.- L
Soriano
¿Se imaginan
un auto, barco o tren sin marcha atrás? Difícil de imaginar que solo puedan ir las
maquinas solo hacia adelante. Pues
bien, con la Administracion se da la circunstancia de que no solo no tiene
marcha atrás, sino que la desconoce desde la base. Así pues, según sus parámetros
su dimensión o necesidad de gasto o financiación solo debe crecer, nunca, bajo circunstancia
o evento alguno, disminuir. Y además sin criterio y sin medida, solo a discreción,
y a veces a capricho, de quien disponga de la capacidad de recaudación y
endeudamiento. Esto es una carrera sin control a gastar sin medida ni mesura,
dinero y mas avales, para comprar voluntades y cosas peores. Y para eso claman que
hay que recaudar más del contribuyente. Ellos explican mal o muy mal donde se
lo gastan, y que precios pagan por lo que deciden, pero la consigna es jamás
retroceder, sea cual sea la circunstancia.
Sin decoro,
sin escrúpulo, sin vergüenza alguna, predican la bondad de la confiscación
fiscal desincentivadora, que aplican sin piedad donde les dejan hasta que
acaban colapsando y taponando el flujo fiscal. Si se recaudan 20MM menos, la solución
que pretenden aplicar es aumentar la presión fiscal, no reducir el gasto, ya
que no existe en su concepción la marcha atrás. Y resulta patético ver, que en
el marasmo del desquicie derrochador, amenazan a los que tratan de moderar y
controlar el sufrimiento fiscal, si no suben a su nivel para disimular sus
latrocinios. Y le han puesto un nombre rimbombon "armonización
fiscal". Pero eso si solo en una dirección. El aumento. Podría ser bajar
todos, suponía concederían, pero no, parece que no, que eso ni se da ni se le
espera. El agravio comparativo en que les deja sus aireadas vergüenzas, les
pone del hígado. Y muchos de los confiscatorios elementos recaudatorios
finalizan en embargos o en recibir herencias renunciadas, para almacenarlas
hasta que se pudran, ya que el sistema de recuperación o transformación en
efectivo es ciertamente inútil. Pues les da igual. Prefieren convertir en
chatarra y basura los "bienes" antes de dejar que los ciudadanos
dispongan libremente de ellos. Y eso ya es perverso. Castigar al que ahorra o
crea, favorecer a la cigarra en vez de a la hormiga, es, y está ampliamente
demostrado, el paso previo al desastre social.
Que todos los territorios sean paraísos fiscales propondría si duda.
A
reflexionar
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