LOS LIBERALES ANTE LA SITUACION ACTUAL
L Soriano
No quiero arrogarme la representación del pensamiento
liberal en su totalidad. Nada más lejos de mi intención. Quien conoce algo de
los liberales, saben que es un mundo llenos de matices, y de diferentes tonos,
modalidades o colores. Ni se me ocurre.
Como dice Antonio Garrigues, nuestro “Pope o Archimandrita”, Oráculo para
cuando las confusiones, y señalador de vías, caminos y senderos Liberales, todo
el mundo quiere ser Liberal y presumen de ello. Sin embargo, ser Liberal, es un
“pack”. No se puede ser liberal solo en parte, sino en “todo”. Quien señala ese
todo es quien marca la diferencia. Además, se trata de convivir en la discrepancia.
Yo me he sentido Liberal desde siempre. Desde que Punset nos
explicó en aquel primer Foro Jovellanos, tantas cosas que nos ilusionaron, hace
ya muchos años. Luego fue Bernardo Rabassa el que intento mantener el fuego
Liberal, y después ocurrieron los aterrizajes forzosos a los que la ciudadanía
nos condenó. Personalmente, y visto lo visto, no sé si Roca era el candidato
adecuado, pero tengo un perfil jesuítico que a veces me lleva a que los demás
me digan que yerro. Quizás sea cierto, pero no falto nunca a la verdad.
Cuando en Inglaterra en 2011, Clegg, saco los 40 diputados
liberales, creando el llamado “hung parliament”, donde aun siendo una escasa
minoría, tenía la capacidad de poner gobierno, nos produjo toda una hemorragia
de placer. En eso estábamos. Ni conservadores ni mucho menos socialistas. Duró la alegría “na y menos” como diría un
gaditano, y es que efectivamente, hay liberales de “todo a 100”.
Cuando Alberto Rivera, abandono Cataluña y se proclamó
Liberal, aquel año en la Pepa, se nos abrieron las carnes. Enrique Agullo, lo tenía
claro, a mí se me arrimo a la foto y allí estamos en la ofrenda, a la que jamás
volvió. Ya éramos 3 millones. Un ratito solo fue lo que duró esto también. Y de allí a la nada, la maldición Liberal le
fulmino, en este caso por falsa. Y es que hasta los socialistas se dicen
Liberales, al menos algunos de los socialdemócratas.
Y que por otra parte no le hacen ascos a compañeros de viaje ni a situaciones
que al menos a mí me estremecen, por esa falsa hegemonía moral de la izquierda,
que les da la Bula simoniaca (Cum ex Apostolatus…), para lo que les pete hacer,
sea lo que sea. Y no hay más que ver este gobierno caótico, que por muy liberal
que yo sea, o me sienta, no me parece normal ni deseable, en sus acciones,
omisiones y derivas con consecuencias.
Hemos dejado hacer y avanzar disparates en muchos campos,
con silencios cómplices y permisivos, en un buenismo peligroso, como Cuando
Hitler logro en Múnich que le dejaran matar a media Europa, por la flojera de
Chamberlain, y el miedo de los que querían seguir viviendo tranquilos y los que
vengan que arreen. ¿Exagero? Quizás, pero que se me entienda pretendo. Y me
coloco en un extremo. La ley de memoria
“democrática”, me pone del hígado, no les puedo mentir. Seré pesimista, y más
cosas, pero me aterran sus derivadas. La ley en España, no es para todos igual. Los corruptos no se castigan
con rigor, los que quieren forzar la Constitución, se pasean por las
instituciones, las avergüenzan y
pisotean sin el más mínimo pudor. Con descaro, desparpajo y provocación. ¿Qué
hay quienes están peor? Supongo, si nos comparamos hacia abajo, seguro, pero
¿eso debe tranquilizarnos, que los haya peores? Tenemos los liberales que hacer
“la vista gorda”.
Con los índices de pobreza absoluta, la pobreza relativa y
las necesidades perentorias, urgentes e imprescindibles de gran parte de
nuestra sociedad, a la que damos la espalda con al más absoluto de los
desprecios por los mayores, viudos/as,
dependientes, enfermos y discapacitados, dedicamos miles de millones a atender
a inmigrantes no refugiados. A miles de
Organizaciones depredadoras y parasitadoras de presupuesto, a países
extranjeros con prioridad a todo lo demás, ¿por solidaridad o por compra de
votos, apoyos políticos y voluntades?
¿Qué hay otros que están mucho peor? Pues seguramente, aunque también ciertamente,
tenemos mucho que reparar primero a nuestros ciudadanos, y facilitarles una
dignidad que se les niega para dotar actuaciones las más veces sangrantes. No estamos en situación de ayudar antes de
solucionar nuestros problemas internos.
Sí, tenemos que ser liberales defendiendo nuestra cultura, a
nuestras gentes y diferenciando y ameritando a quienes han entregado su vida
por este país, antes que quedar bonitos en la foto o usar nuestro dinero para
comprar voluntades políticas. Liberales Para afear conductas de Políticos,
Jueces y Fiscales cuando sean impropias, para detener procesos que afecten a
las libertades públicas, a los derechos de los ciudadanos, a la rigurosidad del
gasto, a la equidad fiscal que es rapiña e insensibilidad, a la creación de empleo,
a la educación verdadera y a la sanidad que dejo atrás el mito de ser la mejor
del mundo aunque esté llena de profesionales excelentes. Liberales para pedir
justicia, exigir igualdad y rigor. Pero
no para excusar displicentemente, a los que reptan utilizando nuestras leyes
para gobernarnos con las suyas. Los que nos destinan a la “cartilla de
racionamiento”, los que imitan a modelos de represión y terror, sin disimulo y
predicándolo. Los que pretenden reescribir nuestros libros de historia como los
emperadores chinos o los faraones egipcios. Los que quieren adoctrinar a
nuestros hijos.
No, no podemos estar tranquilos ni satisfechos , porque
algunos vivan muy bien, tratando de no
molestar al poder, mientras otros
elaboran un muro a nuestro alrededor para experimentar socialmente con nosotros
sus ocurrencias y venganzas, para destruir a los que al parecer han acertado en
la vida, mientras ellos no aprovecharon su tiempo.
Si, ser liberal es mucho más que ser partidarios de la
economía de mercado. Así como vamos nos arrinconan, nos señalan y de lo que
venga después, seremos responsables.
A reflexionar.
2 comentarios:
Buena reflexión. Ser liberal es una filosofía transversal que afecta a todas las facetas de la vida. Hay muy pocos liberales genuinos. Por ejemplo, la libertad política implica la capacidad de libre asociación y disociación de una entidad política, lo que implica aceptar el principio de secesión. La unidad indisoluble de un Estado no es un principio liberal. La única constitución liberal es la de Liechtenstein, que contempla la libre secesión de sus 11 municipios.
bien cierto, sin embargo Liechestein es un buen ejemplo pero porque ningun extranjero o inmigrante, con un billete de autobus, consigue la residencia y puede votar la secesion . asi, con las condiciones de ciudadania de ese pais, yo concedo lo que saliera de las urnas
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