LA
VOZ DE CÁDIZ
OPINIÓN
Oscuras
navidades
«Diciembre no cierra una tarea
legislativa de normas que abaraten la vida a los españoles»
Cádiz,
17/12/2022
La Iglesia Católica, según transcurre
el curso de cada Año Cristiano, celebra la Eucaristía revistiendo a sus
sacerdotes de distintos colores. Verde para el tiempo ordinario, blanco para
los días de júbilo, rojo para conmemorar a los mártires o morado para los días
de luto y penitencia. Bueno, también tiene otros colores para fechas muy
señaladas como el celeste para la Inmaculada Concepción, Patrona de España, o
el rosa, una suerte de luto aliviado, para este pasado tercer domingo de
Adviento, domingo de Gaudete, porque para los cristianos, aún dentro de la
tristeza y la severidad que da ese tono violáceo, siempre queda un resquicio
para la esperanza.
Estamos acabando el Adviento que
prepara la Navidad. Un acontecimiento que prácticamente hace más de dos mil
años se celebra en todo el Orbe. Los clérigos pasarán del triste morado al
blanco para conmemorar otro año más la venida del Señor.
La España política parece que también
ha elegido estos días el morado con las artimañas del presidente, sus silentes
diputados «neo socialistas» y sus alianzas de las mil fuentes, entre las que
cuenta también con la derecha vasca ayer tan pía y eclesiástica, dando otra
vuelta de tornillo al ya más que debilitado entramado de la sociedad española y
lanzando a la plebe desde su tribuna los penúltimos y sangrantes cambios
legislativos que quiere dejar bien amarrados antes de que acabe su cuarto año
triunfal.
Hasta las guerras paraban en estas
fechas y son muchas las anécdotas que aún se nos cuentan desde la I Guerra
Mundial en la que, soldados de ambos bandos, dejaron en el suelo sus fusiles,
descargaron de obuses sus cañones y cerraron sus mortíferas armas de gas para
cantar juntos ese eterno villancico que nos habla del 24 de diciembre como de
una Noche de Paz. Pero ni Sánchez, ni los de Esquerra, ni los separatistas, ni
los de Podemos, que por cierto siguen vestidos de morado, han dado tregua a la
Navidad, sino que, muy al contrario, se han esforzado por elevar el tono de sus
intervenciones con descarado desdén hasta con el otro poder que sueñan tener
también amarrado.
Diciembre no cierra una tarea
legislativa de normas que abaraten la vida a los españoles o que premien las
excelencias de estudiantes, trabajadores y emprendedores, no. Cierra otra vez
más con las cosas y consecuencias de Sánchez y sus compinches, el supremacismo
territorial, el cambio voluntario de género casi hasta de impúberes o las
finanzas de los políticos, vengan de las cloacas de donde vengan, como las que
presuntamente se atribuyen en la UE a esos socialistas.
Estos políticos de izquierdas y de la
derecha vasca han conseguido ya que a España no la conozca ni la madre que la
parió. Estas Cortes han traído al presente situaciones no tan lejanas, pero sí
muy lamentables, reconvirtiéndolas en un espacio envenenado en el que se ha
optado por el enfrentamiento en vez del entendimiento. Hasta los diputados
socialistas castellanos-manchegos o aragoneses han repudiado abiertamente a sus
presidentes.
España ha girado inexorablemente a la izquierda
en diciembre de 2022. Que impongan su ideología no es para mí lo más importante
mientras que se respete la alternancia. Será para quienes les votaron si lo
pueden explicar. Yo espero que venga alguien para reponer la cordura. Pero sí
estoy muy preocupado con todo esto por sus enormes consecuencias económicas,
seamos sus votantes o no, ya que, mientras que andan empeñados en querer
transmutarnos las conductas, la deuda pública sigue creciendo imparable y
descontrolada con el uso que hacen de nuestras cuentas este personaje y sus socios
mientras que, sobre nuestros hijos y nietos, si resisten, se cierne sobre su
futuro el más morado de los colores.
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