apagon

 

`Y entonces se produjo el APAGON


L Soriano

Estaba yo tan tranquilo en mi oficina de Marbella, con mis encuestas, con mi tareas de optimizaciones de resultados y gestión, hacía un día algo lluvioso y fresco. Al día siguiente salía para Londres muy temprano. Era un vuelo relámpago que volvía el mismo día a las 22.

Y se fue la luz. Sin previo aviso. De repente, sólo las alarmas de algunas máquinas daban esos pitidos quejosos, débiles. Y todos nos quedamos esperando el regreso del fluido eléctrico. Normalmente son unos minutos o fracciones de hora la que se toma en regresar, Vimos que era general y no interno, vimos que era de la zona alrededor. Incluso llegó alguien diciendo que los semáforos estaban apagados y empezaron las colas y los cláxones, y los malos humores, y las prisas.

Y así pasó la primera hora. Sin saber que hacer. Y empezamos a ser conscientes de que sin la electricidad nada de lo que nos venden sirve para nada. Sin corriente no hay fibra y sin fibra no hay wi fi ni internet. No se puede trabajar en nada.

Cogí mis cosas y me fui a casa, ya que el trafico seguía subiendo y ya alguien por radio “macuto” decía que era general en toda la península Ibérica, y incluso Portugal y Parte de Francia???

Llegue a casa, el garaje a oscuras, la puerta abierta las luces de emergencia con las pilas agotadas después de 20 minutos, el ascensor sin operativa, entro por el portal, y entro en casa, planta baja, menos mal. Sin luz sin televisión sin internet, apenas funcionando el móvil y el Wasap. Sin horno, sin cocina, sin nevera y pronto sin agua porque la bomba es eléctrica. Inmediatamente observo el estado d ela batería del móvil. Salgo de nuevo al caos circulatorio, pero necesito un cargador de auto urgente. Uso una linterna de luz solar que además da carga a otros aparatos. Al fin sirve para algo.

Entonces me siento en el sofá, va atardeciendo y se va oscureciendo el ambiente. Voy presto a buscar esas velas que todos tenemos en casa y nunca usamos. Llevan años allí si uso, y las empiezo a encender. Encuentro fosforos  de casualidad y la casa empieza a tomar un tono entra lúgubre y agradable. Silencio, tranquilidad

Y de repente me sitúo en 13 lustros anteriores. Me veo en el Pueblo de mi madre, en la playa donde mi abuelo tenía una bonita casa. Donde jugábamos hasta la extenuación en el agua y en la arena. Y llegábamos rendidos, agotados, y en la cocina, en la salita, en las habitaciones, había Palmatorias, con vela, fósforos, y el carburo. La luz de los carburos colgada en los pasillos y en la cocina. Un artefacto de metal basto, con dos partes enroscadas. En la de abajo un polvo gris toxico, el Carburo y en la de arriba agua clara. Agua que caía en gotas pequeñas sobre el carburo y emanaba un gas que fluia ascendente hacia un pitorro de la parte alta roscada y que al poner un fósforo o mechero, prendía y salía una luz azulada muy bonita. Destupidores de minúscula aguja preparados por el “latonero” Luisito Armenta y su hijo Carmelo. Para destupir el pitorro y liberar el gas inflamable. Jugábamos a la Ronda, “el que sea feo que se esconda”. A la Lotería, precursor del Bingo, se contaban cuentos, historias de gente del campo. Mujeres enjutas, enlutadas, totalmente tapadas y con medias semigruesas, Nadie olía mal y eso que el baño eran palanganas, y el retrete un agujero hondo sobre el que se ponía un tablero con un orificio o dos asimismo redondos  y baldes de agua para al acabar. Era acogedor, entrañable, hasta delicado incluso. Las gafas gruesas, los dientes que faltaban en muchas bocas, se bebía agua y algún “pisco” de ron blanco los mayores. Me acuerdo de Barbarita, de Pacuca, De Rosa Mary, de don Juan, manco de una mano, que me impresionaba, de mi pecosa prima Finita y de su novio German cojo, con ortopedia pero taxista. De Pepin, grandote y risueño. Teníamos casa en la ciudad con baños “normales” y con Luz eléctrica en los años 50. Pero en el pueblo  y en la playa donde pasábamos vacaciones, fines de semana y fiestas así era la vida.Escupideras, velas, palanganas y carburo. Que recuerdos me trajo ese apagón.                                                       Gracias por devolverme a la felicidad  suprema.                                                                  Que añoranza.Me puse a divagar e imaginarme a Quevedo y Villegas, a Cervantes Saavedra y mucho antes a Danta Alighieri, y ya no digo a Horacio, Aristofanes, Plauto y Terencio, Que sé yo, los evangelistas. Erasmo Leía y Leía, escribían, Leonardo Inventaba, Buonarrotti pintaba, Mozart Componía. El mundo entero avanzaba. Sin más Luz que de fuego.

Entonces, ¿hemos progresado realmente en lo esencial, aparte de en la longevidad, y quizás en la salud? Es que la muerte, ¿será e final, o será el comienzo? ¿Respiramos mejor, nuestra calidad de comida es mejor, vivir mucho es mejor? Lo que hizo Blaise Pascal en 39 años, nadie lo hace en 100. O lo que escribió Victor Hugo.

Pues todo eso y mucho más rondo en mi mente, a la luz de mis velas, y otra vez de repente a las 03,30 llego la luz y me devolvió a este mundo actual y al “Rat Race”

A reflexionar.

 

                                                                                      

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