QUE FLUYA EL CREDITO. L. Soriano
Si
es que somos como niños pero sin el cómo. Y los engatusadores, del signo
político que sean, siempre nos cuentan cuentos. Crédito,
no darán nada más que a los que cualifiquen para ello. Y en España, después de
este asalto a los bolsillos de los ciudadanos y a las cajas de las PYMES nadie
cualificara. Y si el país oficial va por un lado, el real ha bajado a menos de
la mitad, y no digamos en lo que respecta a garantías a aportar para conseguir
financiación. Pero en sí mismo, un negocio puede requerir financiación puntual
mientras produce, pero “ad aeternum” la financiación ni esta, ni se la espera,
ni es procedente ni conveniente. Es como lo de recaudar. Nos dicen que es imprescindible
pero no en que se lo gastan ni cuándo van a racionalizar ese gasto. Se recorta
a Funcionarios productivos y a la sociedad en general que sufre las mermas de
atenciones y servicios, pero no se bajan cuotas o aportaciones, tasas ni
impuestos. No se recortan privilegios políticos, ni número de ellos ni sus
emolumentos, todos, en la misma proporción que a los “mortales”. Ni se
cuestionan los gastos esperpénticos, ni se recobran las corrupciones
monstruosas. Nadie quiere hablar desde la política de recortar nada, de ninguna
clase de lo que ellos tienen asignado, salvo los casos sangrantes que les
destapan el trasero. Todos hablan de que eso no resuelve la crisis. Pues se
equivocan, rebajar a la mitad el gasto Público y no el social, conllevaría a no
necesitar tanto impuesto con lo que no se necesitaría tanto crédito, y se
dispondría dinero para gastar en consumo y necesidades, lo que sin duda movería
hacia arriba a la economía espectacularmente. Esta economía lastrada por el
monstruoso peso de la deuda, necesita como si de Maddoff se tratase,
realimentarse brutalmente para pagar solamente intereses elefantiásicos, y
entre tanto, con esa salvaje recaudación se va dejando empresas y
contribuyentes en el camino a miles. Hay que
aprender a vivir de lo que producimos, y para eso no nos tienen que asaltar la
caja los políticos descerebrados que incoan esos impuestos impagables.
Los
créditos, fluirán, fluyen ahora también, para los que superen el examen de los
departamentos de riesgos de los bancos, con historial limpio y con garantías solidas.
A los ciudadanos corrientes, a los autónomos, a los constructores del ladrillo
y a los “empresarios” de pandereta ligados al Gobierno de turno y que las mas
veces ejercen de su brazo corruptor, a esos no les darán nada. A reflexionar
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