Violeta
Yangüela
La
primera escena fue Wikileaks. Julian Assange se convierte en el protagonista de
los medios de comunicación globales. A partir de la aprobación de extradición a
Suecia del australiano para responder a un delito sexual y en violación de la
fianza concedida por las instancias judiciales inglesas, Assange se asila en la Embajada de Ecuador en Londres.
El
argumento para su asilo es la supuesta extradición que Estados Unidos pediría a
Suecia por la filtración de los documentos secretos por Wikeleaks. Y por
supuesto, los argumentos de la libre expresión se escuchan por doquier.
El
ex juez español Baltasar Garzón, excluido del sistema judicial por la violación
a la ley, se convierte en defensor de
Assange acompañado del adalid de la defensa de la libertad de expresión, el
presidente ecuatoriano Rafael Correa.
Mientras
Assange protagoniza el espectáculo, en Estados Unidos el soldado responsable de
proporcionar la información a Wikileaks de
documentos clasificados acerca de la guerra de Irak y Afganistán y de miles de
cables de los secretos de la chismografía diplomática, el soldado Bradley
Manning, analista de inteligencia del Ejército de los Estados Unidos, es
condenado a 35 años de prisión y expulsado del Ejercito con “deshonor”.
Al
dia siguiente de su condena el soldado declara que quiere someterse a terapia
hormonal. “Me llamo Chelsea Manning y soy mujer. Eso siento desde mi infancia”. El Ejército de Estados Unidos ha respondido
que no proporciona ni terapia hormonal ni cirugía para el “trastorno de
identidad de género”.
En
cuanto a Assange, su interpretación del “rap”, con peluca rubia y melena incluida, en un video para promocionar su candidatura a
senador en las elecciones australianas, parecería que no obtuvo el apoyo que
esperaba. Los resultados de la votación
fueron un 0.62%.
O
sea, el soldado Manning es ahora Chelsea y Assange es ahora “rapero”.
Le
toca el turno a Edward Snowden. Gracias
al ex empleado de la NSA el mundo mundial se ha enterado que Estados Unidos
espía a “titirimundachi”. ¡Tremenda noticia!
En
su “Manifiesto por la verdad” Edward Snowden dice que la interceptación de las
comunicaciones como las que él ha destapado no solo son una amenaza para la
esfera privada sino que también minan la libertad de expresión y aboga por una
solución global. El espionaje masivo es un problema global y requiere una
solución global”.
O
sea, o jugamos todos o se rompe la baraja. ¿Y en realidad no hace tiempo que
todos la juegan?
¡El
joven se asila en Rusia!! Sin ninguna
duda el lugar del mejor ejemplo de la libertad de expresión. ¡Qué casualidad¡
Cuentan los que saben que el nuevo Zar de la Rusia petrolera, Vladimir Putin,
destacado ex miembro de la KGB rusa,
sigue usando los métodos, sistemas de análisis y conducta que aprendió
en su carrera en la central de espionaje rusa.
Habría
que recordarle a Edward, solo por un por si acaso, que a Vladimir no le gustan
los soplones desertores y no juega barajas, a Vladimir le gusta cazar y pescar.
v.yanguela@codetel.net.do
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