DEMOLICION.
L.
Soriano
El trabajo de demolición
de un partido y de exterminio del votante que ha realizado el PP es, en cuanto
a la consecución de las metas y éxito de
objetivos, Impecable. No soy aun capaz de entender la razón que les ha llevado
a ello, pero sin duda ha sido meticuloso y certero el método empleado,
conllevando un resultado inmejorable de acuerdo a los resultados que
presumiblemente se querían obtener. Supongo.
A destacar la grandiosa
labor de Rajoy, el hombre “cómodo y tranquilo” ante el desastre. Sin duda, el
llevador de esta empresa de difícil factura
pero cuya nulidad e intención ha coronado exitosamente la ruina. Su declaración
de que el paro era “historia”, nos da una visión desde su ángulo de mira tremendamente
aclaratoria de la vacuidad de su cerebro. Sin embargo, colaboradores necesarios, ha
habido muchos. Soraya, Cospedal, Arriola entre otros han trabajado y continúan haciéndolo
en una marea de manifestaciones y actuaciones desnortadas. Pero los verdaderos
campeones del sinsentido, y los ases de
la dinamita han sido Gallardón hasta su huida, Fernandez Diaz de Interior y el
del podio del oro Cristóbal Montoro.
Gallardón entre
la Ley de Tasas, oportuna para provocar
el desastre, la del aborto y otras machangadas estilosas, se ha dejado un buen
puñado de electores en el camino. Las dos Leyes estrella han sido derogadas o
modificadas sustancialmente por ser letales para los votantes del partido gobernante.
Fernandez Diaz, gestionando la inmigración, el separatismo, lo de excarcelar a
etarras como Bolinaga, la actuación de
la Policía, y su falta de control de los cuerpos y hasta la pitada al himno.
Por otra parte, declarando que la recaudación por multas ha triplicado el
ejercicio anterior que ya fue muy bueno confiscando, remato el pastel. Qué
oportunidad para callarse una verdad que nos sangra a todos pero especialmente
a los votantes del PP que usan el auto mucho más que otros colectivos, para
trabajar y otros menesteres. Sentirse orgulloso de freírnos a multas y entonces
así, recaudar más. Dejarnos indefensos, sin posibilidad de recursos, con
centenares de radares y aun así, muertos
a raudales. Sin embargo comparados con Montoro, son niños de teta o simplemente aficionados todos. En la carrera
del despropósito, castigar al electorado, simpatizantes o posibles votantes
puntuales Montoro deja atrás bien lejos
al segundo destructor de partido. Veamos. Las leyes que impulsa Montoro y sigue
en ello, afectan en un 95% al perfil de
su votante. Ciudadano de entre 30 y 70
años, profesional, autónomo, empresario, empleados cualificados, y
trabajadores- técnicos y especialistas de nivel medio-medio o medio alto, clase
media, clase acomodada y clase alta o muy alta. Un amplio espectro, pero todos
pagadores de impuestos productivos en su gran mayoría. Los funcionarios son mayoría
votantes de la izquierda y las leyes de Montoro no les afectan apenas nada. A
los sumidos en la pobreza o parados, además de jubilados y pensionistas,
Montoro tampoco les llega muy hondo al bolsillo. Así pues, el peso fiscal en la
inmensa mayoría de su aplastante incidencia, se ceba en los votantes
potenciales peperos. Casi exactamente en la línea de flotación de ese
segmento. Además acusar a hambrientos de fraude fiscal sin siquiera poner orden y escrupulosidad en el gasto es perverso. Regalárselo a la Banca PUBLICA como las Cajas eran, mezquino y repulsivo. Curioso ¿eh? ¿A que son inútiles
hasta para la estupidez más sencilla? Pues eso, han demolido a escombros a un
partido que hace menos de cuatro años lleno de votos unas siglas asustado de lo que ZP había organizado.
Prometieron resolver todo, retrotraer disparates, suavizarnos la presión fiscal,
rigorizar el gasto, controlar escrupulosamente los costos y dispendios, anular canonjías,
blindajes y privilegios de la casta político-funcionarial, ahorrar sin
recortar, gestionar sin despedir, parar excarcelaciones, independentismo enfrentamientos innecesarios y mas cosas. Ha sido la mayor decepción de la historia de
la democracia. Pero lo peor es lo que nos dejan para que, mientras ellos se van
a Paris con sus nuevas parejas a disfrutar de sus rentas o sus millones, y a nadar en su abundancia, nosotros
chapoteemos en nuestra miseria
desesperados. Viendo además arribar a los experimentadores sociales de falsa hegemonía
moral, a destrozarnos el huerto, confiscarnos
el tractor y arruinarnos a
gasolina. A reflexionar.
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