LOS QUE PAGAMOS IMPUESTOS-. L SORIANO
En Este País maravilloso donde vivimos, tenemos que
distinguir varias clases o estamentos, en los que están, por la estructura del
Estado, encasillados sus ciudadanos. Hay muchas clases, categorías y
distinciones. Además de las “sociales”, que esas las marca los baremos de la
propia sociedad.
En este punto y ahora, me referiré únicamente a una. A Los ciudadanos
que pagan impuestos. Realmente somos pocos de entre casi 50 millones de habitantes
reales, no sé si llegaremos a 16 millones, los que pagamos algunos, pocos,
muchos o muchísimos impuestos. Lamentablemente, de esos ciudadanos que pagan,
no todos “pagan” entrecomillas. Y eso es porque todos los Funcionarios,
adscritos o asimilados al Gobierno de turno, y al Estado en General, no pagan
realmente impuestos provenientes del circuito Productivo. No se me alteren. Lo matizo
sin retractarme. Cuando se le detrae a un funcionario parte de su emolumento o
salario, una parte sustanciosa del mismo que ni siquiera le llega a él , sino
que se le retiene en origen, es muy complicado que un fiscalista lo pueda
denominar impuesto dado el origen del emolumento fuente u origen de partida del
Caudal recibido. Aquí paga verdaderos impuestos la economía productiva. La que
añade valor a los productos o servicios y destina una parte, a veces enorme, a
veces muy pesada, “onera gravia”, a pagar las exacciones obligatorias que
imponen los gobiernos. Y esos somos realmente pocos, alrededor de 11 u 12
millones únicamente. Además los
gobiernos se Endeudan, por cantidades monstruosas, con cargo a nuestros
ingresos futuros y sin pedirnos permiso. Eso sí, quienes han de pagar las
deudas contraídas, es la sociedad española, pero en particular, los
contribuyentes de la economía dizque Productiva. También, los gobiernos
producen sobrecostes enormes, corrupciones enormes, y cometen errores enormes,
que no todo será que sea mala fe. A fin de cuentas, al final siempre pagamos
los mismos, sea del origen que sea el gasto. Siendo este escenario terrible, el
que le toca al que “paga impuestos”, seria “aceptable”, si el destino de las recaudaciones
se efectuara con rigor, prudencia, cautela y eficiencia. Pero, AY Dolor, el
destino de nuestros esfuerzos y desvelos se diluye en mil partidas aparte de
las necesarias y útiles o convenientes además de urgentes e importantes. Y eso,
créanme, esos desvíos como el Catalán, el Andaluz, Valenciano, Canario, etc. O el de
los partidos, la sanidad, la educación, Industria o Fomento con sobrecostes o
Servicios sociales succionados por sus organizadores, solo se da en LO PUBLICO.
La CORRUPCION, con Mayúsculas es Institucional, repito, siempre. De ahí que la
izquierda sea tan celosa de que lo público aumente, para tener más dónde meter
mano, y la derecha, como en ciertos sitios se aprovecha, y hace lo mismo, pues no pone muchas
objeciones. Por eso ellos nos aturden a “recibitos” de Impuestos Directos, que
atentan contra el individuo porque no tienen en cuenta su situación económica,
y relajan los indirectos que son en todo caso los que deberían ser mayoría, ya
que discrimina positivamente al contribuyente. Pagaría mas quien más tiene,
consume o mueve.
¿Y todo esto que les cuento, donde quiere ir a parar si son
verdades de Pero Grullo, obviedades que por ello ni caso se les hace? Pues
bien, va a parar a que parecería ser justo y leal, que a los contribuyentes se
les reconociera, incluso se les dotara de, al menos, los mismos derechos que a
los no contribuyentes. Los mismos. Y me muerdo la lengua porque en el fondo yo
no pienso así, pero lo aceptaría. No me refiero a dependientes ni a
discapacidades, que en eso estoy de acuerdo en sus privilegios, pero a los demás,
vamos, el agravio comparativo clava puñales en las esforzadas espaldas de los
realmente sostenedores del Tinglado político que nos han impuesto.
En este país, el que produce, o podría producir, crea y emplea, es
demonizado, sacudido, zarandeado y despojado de todo derecho ni capacidad de
respuesta real frente a los estados Opresores, que se dicen Democráticos y
protectores de la Libertad.
Con este sistema cortoplacista, manejado por mentirosos
compulsivos, y seres sin escrúpulos éticos ni morales ninguno, viviremos como
ellos quieran y permitan que vivamos.
¿Para cuándo una revolución fiscal seria que ponga a los
gobiernos de rodillas en cuanto al elefantiásico gasto y responsabilice a la
clase política seria y rigurosamente de las actuaciones que cometan como si de
una empresa NO Publica se tratase??
¿Cuándo tendremos los contribuyentes una ley fiscal que
proteja al PAGADOR, sin dejar de perseguir al estafador? Nos encontramos en una absoluta Indefensión fiscal, agravada porque los que "diseñan" impuestos no son juristas de prestigio, sino recaudadores en modo rapiña.
¿Cuándo nos reconocerán derechos y honores por CREAR riqueza
y economía sostenible sin intervencionismo y con el control mínimo necesario?
¿Cuándo entenderán que la mayor y más eficaz lucha contra
los paraísos fiscales, es crear un “semiparaiso fiscal” en los estados?
No soy optimista
A Reflexionar
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