GUERRAS SELECTIVAS


HUMANITARIAS Y LEGALIZADAS
Violeta Yangüela
El presidente de la nación africana Henri Konan Bedie es derrocado por un golpe de Estado en 1999.  A  finales del año 2000 el líder golpista, el ex comandante Robert Guei,   realiza unas elecciones en las que excluye la participación del líder islámico de la oposición, ex primer ministro del gobierno derrocado y ex funcionario del Fondo Monetario Internacional, Alassane Outarra, con el argumento de su incierta nacionalidad.  Las elecciones son boicoteadas por la oposición y el 37% de la población elige a Laurent Gbagbo.
Las Naciones Unidas, Estados Unidos, Sur África, y la Organización por la Unidad de África piden la realización de nuevas elecciones, mientras Francia se declara satisfecha de los resultados electorales.  El presidente electo, Gbagbo, historiador,  social demócrata y con ocho años de exilio en Francia le permiten mantener relaciones estrechas con el partido social demócrata francés.
Con el argumento de que esas elecciones fueron fraudulentas, dos años más tarde un intento de golpe de Estado se convierte en  rebelión armada. El Movimiento Patriótico logra capturar el norte de población islámica y dos nuevos grupos rebeldes estallan al oeste a los que se le acusa de emplear guerrilleros provenientes de Liberia.
 Las tropas francesas intervienen para intentar fortalecer un cese al fuego  y cuidar de  “la seguridad de unos 20,000 ciudadanos franceses residentes en el país”. Amparada en un acuerdo de defensa firmado en 1961 por Costa de marfil y el Estado francés, se supone que Francia puede intervenir en situaciones excepcionales.
 En febrero del 2003 los líderes del gobierno y de los tres grupos rebeldes se reúnen en Marcoussis, Francia, para la concertación de un plan de paz en el que Gbagbo permanecería en el poder con el nombramiento de un primer ministro aceptado por los tres grupos rebeldes y el nombramiento en algunos ministerios de miembros de la oposición hasta la celebración de unas nuevas elecciones  “creíbles y transparentes”.
También incluía el desarme de todos los grupos, incluyendo las fuerzas del gobierno, amnistía para los grupos rebeldes y el límite de dos mandatos de cinco años en la presidencia. Después del acuerdo, Francia recibe el apoyo de su intervención en la nación africana  de Naciones Unidas que endosa el plan de paz firmado por las partes en conflicto.
Parecería que el plan de paz no se ha cumplido y otra vez Francia, con la ratificación de la Resolución 1975 del 30 de marzo del 2011 interviene en el conflicto de los mismos personajes. Laurent Gbagbo y Alassane Outarra se enfrentan de nuevo en unas elecciones en la que Gbagbo se niega a perder el poder y esta vez la “comunidad internacional”, incluyendo a Francia,  apoya a Outarra.
Mientras,  el titular de Defensa francés dice que no ayudarán a Outarra a derrocar a Gbagbo sino que solo intervendrán a petición de Naciones Unidas para proteger a los civiles, el ministro de Cooperación francés afirma que Gbagbo debe dejar la Residencia Presidencial porque “no es residencia personal sino la residencia del Estado y él no es el jefe del Estado de Costa de Marfil”.
Parecería que las guerras humanitarias y legalizadas están de moda.
v.yanguela@codetel.net.do





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