Los lastimeros lamentos se oyen como clamor, está dispuesto
a todo, a levantar paredes, a entregarse a la vida monástica y a somatenear lo
catalán si se le salva. Pero el no puede solo. Sin dinero y sin proyecto viable
que sostener, pero sin capacidad de retroceso voluntario, sin empresarios que
lo apoyen y con los inversores extranjeros ya cruzando los Monegros en caravana
apresurada. A más a mas, tiene recibido decenas de miles de millones sin
contabilizar adecuadamente que si las cuentas salen a la luz, deberá devolver o
justificar. Es la historia de un naufragio anunciado, por querer que los
afilados riscos se aparten del rumbo de la nave Catalanista, y estos han
desobedecido a las ordenes de su enajenado capitán de madera.
Que le busquen un culpable, que le den Pol Sal, y que le
dejen rumiar su fracaso, recluido de por vida en su Torre añil del Ampurdan, pero con su discurso a salvo, y
con sus pretensiones intactas. Ahora para avanzar, Convergencia deberá cortarle
la cabeza despacito para no hacerle mucho daño, y embalsamarla entre aceite de
Bojas Blancas o Mollerusa, y con peras leridanas en almíbar para darle color,
entre setas, conejo a la brasa y cebollinos a la parrilla.
Mas ya tiene culpables, entonces, hemos sido los demás, todo se desmontara ante sus protestas
minúsculas, sin molestar demasiado, y se cerrara todo lo desjuiciadamente
abierto y se vigilara, que con tanto empeño en despeñar lo español, se ha
fomentado lo musulmán y centroafricano, y esto es a donde llegara la Cataluña
nueva, a Islamistas radicales hablando catalán. Pero ahora podrán podar todo lo
podable con unos culpables. Si es así y solo cuesta eso, creo que se le debe de
aceptar, darle una salida y cerrar Cataluña hasta que se estabilice el PH en el
charco amarillo antes llamado estanque dorado. A reflexionar
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