circulo del vicio
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VICIOSO CIRCULO. L.Soriano
La asombrosa aunque inexacta cifra de paro reconocida, hace
que de nuevo y aunque les suene repetido, me ocupe de esta sinrazón, que es
como un empecinamiento. Quieren hacer tortillas sin romper huevos, un funeral
sin muerto y un bautizo sin niño. Todo Light. Porque si no se corre el riesgo
de hundir intención de voto, aunque por no hacerlo se hundan a familias enteras
que están formadas por seres humanos de verdad. La indecencia se ha instalado
en la clase política, es un hecho ya que todos los que participan, colaboran,
esconden, protegen o no denuncian, son iguales o peores. Y esto es porque
nosotros estamos así por lo que sabemos que han hecho, y si hubiese regeneración
deberíamos saber también lo que no sabemos, que será mucho mayor.
Uno de los principales errores de la esperpéntica transición,
ahora ya no discutido este asunto, es que las “odiadas” medidas franquistas,
derechos y privilegios, dados de forma colectiva, nunca de forma individual, no
fueron abolidas con las demás leyes. Esto no gusta oír pero me da igual porque
me da lo mismo. Puestos a derogar y abolir todo rastro franquista, cuando
llegamos a lo que nos conviene, lo prohijamos. Los derechos y las prebendas
franquistas, subsistían y funcionaban en el autárquico régimen muy bien. Como
no hubo franquismo sin Franco, sus políticas sociales, ¿porque iban a
sucederle? Porque les convenía a los sindicatos y a los renacientes partidos. Vamos,
más claro, cristalino. Ni quitamos las dobles pagas, algunas muy altisonantes,
ni quitamos todas las vacaciones y fiestas de cada Provincia, pueblo e incluso
calle. Dejamos decenas de canonjías, privilegios, extras, proporciones,
despidos, indemnizaciones, garantías y “manías” sindicales, que, repito, solo servían
para que el régimen declarar ser mas
social que los rusos, y para que Solís y Jiron, se pavonearan de lo que conseguían
los “verticales”. Y dado que el sistema fiscal aplicado por el Régimen que era
austero, muy austero, se soportaba bien ya que se salía de una guerra propia y
de la mundial, las gentes estaban acostumbradas a dar y pedir poco a cambio. Estábamos
contentos de que hubiese paz, trabajo y algo de Sanidad. Y eso sí, muchos, muchísimos
derechos colectivos. Pero hete aquí que llega la horda política y
poco a poco, va sustituyendo Nación por Estado, concentrando poderes y creando
una raza Funcionarial-Política. Raza que cada vez necesita más alimento para
sus insaciables calderas. Todo se negocia a golpe de millones, ya de euros. Los
votos, los apoyos, los problemas, las corrupciones, los incrementos de gastos y
costos, la hipopotámida administración de enchufados, que por cierto, no saben cuántos
hay de verdad y menos en el extranjero. Si miraran quienes cobran lo sabrían,
porque cobrar, cobran. Total un disparate. Pues bien, llegados los impuestos al
límite del paroxismo, imposible conjugarlos y compatibilizarlos con los
derechos colectivos. Nuestros impuestos son de los más altos del mundo, a título
individual, porque si es a título comparativo estaríamos muy alejados de
segundo más tasado. Y no digo si se compara con lo que recibimos a cambio. Además
la indefensión fiscal que padecemos se produce porque las necesidades de las más
peregrinas megalomanías de los políticos necesitan ser satisfechas. Y así “hay
que recaudar” es el lema, aunque se lleven por delante al país, a los
ciudadanos, a las empresas y a los trabajadores. Y mientras, el grueso de los
trabajadores por cuenta ajena, que aun trabajan tienen sus “derechos” jurasicos
completos, los nuevos no tienen ninguno. Y subvencionarlos es hundir más a las
empresas que se mantienen, por la competencia desleal que les hace las que se
benefician de las “ayudas”. Ayudas además enmascaradas con absurdas
denominaciones y que una vez acabadas, suelen terminar con la empresa que se
origino con ellas. Entonces, convendrán conmigo que de este círculo vicioso se
sale mal. Contratar con las condiciones de los que están trabajando hace años
no será posible, y lo que más bien ocurre y ocurrirá es que cada euro que
recaude un empresario le servirá para aprovechar el hueco que pueda para
despedir a los más caros de suprimir y mantener. El paro seguirá creciendo en
desangre total, con lo que la recuperación se aleja, en vez de producirse más o
menos de golpe, y remontar enseguida desde ese suelo. El desplome es además cosa
poco probable porque muchas empresas necesitan trabajadores, solo quieren que
les cambien las reglas del juego, porque el Estado les ha cambiado las suyas.
Ahora pretenden recaudar unos porcentajes que añadidos a los costes laborales
en todas sus cuantías y obligaciones, hacen que sea preferible cerrar y pedir
dinero, que producir y contribuir. A reflexionar.
Parerga y otras historias secundarias o accesorias y algunas vidas extraordinarias
Presentación del libro: 'Parerga y otras historias secundarias o accesorias y algunas vidas extraordinarias'
Autor: Lorenzo M. Soriano Rodríguez
Presenta: D. Octavio Calderín, Miembro Junta Directiva - Conservador de la RSEAPT
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