La verdadera cara de la izquierda

 

La verdadera cara de la izquierda.-


L.Soriano

Los que llevamos lustros tratando de explicar, sin éxito alguno que la izquierda española, pero en general en todo el mundo, tiene un plan criminal para conseguir el  poder, aniquilar la oposición, cualquiera que sea ella, y del signo que sea, no podemos estar contentos de que se haya quitado la careta y se nos haya dado, por fin, la razón.

Esto ocurre porque es muy tarde. No hay margen para la reversión. Este plan está inoculado en la médula social, muy profundo, muy enmascarado, muy disfrazado, muy distorsionado. La izquierda ha mutado, para conseguir el poder. Ha optimizado a Gramsci.” A los compañeros del viaje”. A “las correas de transmisión”

La izquierda, y “contra natura”, se ha sumado a todo lo reaccionario, y a todos sus enemigos naturales, a todos los que ha combatido habitualmente, a todos los que ha reprimido, exiliado o asesinado según su ideario primigenio.                                                          Pero todo esto es hasta llegar al poder, que cuando arriba, saca sus peores entrañas podridas de odio y desolación.  Y aunque haya ejemplos sangrantes, y se sumen cada día más, parece ser que las adormideras que manejan son muy efectivas. Y es que funcionan porque se saltan todas las barreras, ingenuas y de ligera paja, como la casa de los cerditos ante el ataque del lobo.

Es que, verán. ¿Desde cuándo el ateísmo ya no es identidad de la izquierda? Ahora los islamistas, los que practican el “modo de vida” más retrógrado, y cercenador de derechos de la humanidad y las más aberrantes “culturas”, son sus aliados y los defienden “a muerte”. Curioso parece.

 La izquierda, todos, yo no distingo, el que cruza esa línea es una masa compacta y sanguinaria sin matices, ya que aunque los hubiese, no tratarían nunca de desdecirse siquiera,             ¿Cuándo aplaudió, apoyó o fomentó el separatismo? Inaudito. ¿Cuándo apoyó la izquierda en el gobierno a un solo terrorista en su contra? Jamás y nunca.                                                                                                                    

Lo que cuenta la historia, y lo que será en el futuro, es de suponer que no se sostendrá. Ya que no me imagino un comunista, islámico, separatista, terrorista, con ideología feminista y de género, woke y de las agendas del “negocio climático”.

Así pues, debemos colegir, que todo es un montaje entre trileros, que de momento se apañan para la rapiña pero, más pronto que tarde, la “alianza roja y negra” se deshará por insostenible. Y no sé qué será peor, sí que predominen los comunistas, como seguramente será o predominen los islamistas, separatistas y terroristas. Lo que es cierto es que nosotros no cabemos en su mundo. La derecha, lo que representa la libertad, el trabajo, el esfuerzo individual, el capitalismo creador de riqueza, la meritocracia y el esfuerzo, la propiedad privada y la seguridad personal, educación, cultura y sanidad elevada, no está en su “agenda particular”. Cuando se den cuenta, algunos ya lo vemos venir y lo avisamos, será tarde, y gobierne quien gobierne el Totalitarismo o la Teocracia será el futuro por muchos años.

Por eso, el haber intentado consentir, negociar, colaborar, contemporizar, manumitir, financiar, y compartir con la izquierda, con la teocracia y con los disfrazados de “ayuda humanitaria”, inmigración ilegal  de no “refugiados”, sino de invasores reglados, nos llevará a nuestra propia destrucción. Y la derecha, ingenua o egoísta, estúpida o miedosa, pagará como siempre con su vida y hacienda esta Fiesta del horror.

Hemos querido ser tan pulidos, tan “humanos”, tan exquisitos, que nos olvidamos la frase de Patton o de cualquier otro que la dijera “la democracia, a veces, casi siempre, se debe defender  no practicándola con quien no cree en ella”

Es tarde, pero vale la pena reflexionar y vivir lo que nos quede en libertad.

 

 


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