ILIBERAL-
L Soriano
El declararse, sentirse, y vivir lo Liberal, también tiene
matices. Como no. Es interesante y gratificador, pero a la vez es nuestro mayor
problema. Pocos liberales, que lo son, que lo somos sin duda, piensan,
pensamos, exactamente igual, apoyarían lo mismo, serian unánimes en el juicio y
en la interpretación o en la actuación.
No nos gustan los partidos, ni los impuestos, ni los
intentos incesables de los gobiernos de menoscabar la libertad individual de los ciudadanos. Claro que los hay
Libérrimos, Minarquistas, Anarcocapitalistas,
etc. Y eso está bien. Nos relacionamos
bien aunque seamos en aspectos posibilistas distintos y distantes, pero no por
eso superiores.
Lo que nos molesta más, en mi área al menos, es que ILIBERALES, usen el liberalismo como
bandera para ocupar lugares públicos con representación y como representantes
del liberalismo. El caso concreto en
España es Cs. Intentaron para sobrevivir su gran farsa semisocialista o súper
socialdemócrata. Se les vió el plumero, pero en la UE aun nos siguen
“representando falsamente”. Y están enquistados en el PP a donde muchos
volvieron, y lo están perjudicando uniéndose a la “dinastía pepera” nefasta para
el partido. Sí, esa que trata de descabalgar a Ayuso, la que laminó a Cayetana
y la dejó bastante moderadita, no del todo pero si afectadita.
Dentro de los horrores que padecemos en este país, con el
fin de eliminar al poder judicial como garante de la división de poderes, y
como implantación de la compra de votos, voluntades e información que incluye a
cientos de informadores, hay alguno más terrorífico.
Es la Hacienda dizque
PUBLICA. Ya es algo que nos produzca intensa alergia la “extorsión” que
aplica esa entidad , como mano armada del gobierno, que campa por sus respetos,
se salta todas las leyes civiles , niega la réplica justa, y provoca una indefensión “castrista”.
Hacienda te puede cerrar, embargar o paralizar un negocio,
una fábrica, una vivienda, o tu vida entera con absoluta impunidad. Además
premia a quien recaude más, sea o no sea justo, legal y lógico. Prueba de ello
es que pierde la inmensa mayoría de los casos con quienes deciden acudir a los
tribunales. Considera faltas graves, defectos de forma o errores en sumas. Si
saltamos una cotización, un pago por mínimo que sea, nos intervienen las cuentas,
bloquean hasta la comida de los niños, o las trasfusiones de la abuela. Como te
caiga la nube negra, te pueden marear, destruir y volver loco. Sin despeinarse.
Los recaudadores siempre han estado mal vistos. En todas las
épocas de la humanidad. Y siempre han empleado acciones muy lesivas para el
recaudado mal llamado contribuyente. Pero nada de “la hacienda amiga y el contribuyente feliz “. No, eso jamás. La intención solicitada al ejercito oscuro y
ejercitada, es la de amedrentar, oprimir, exprimir y usar la “teoría
Pasionaria”, mejor destruir a cien empresas o familias inocentes, que se escape
un “maldito supuesto defraudador”
Lo curioso de
esto es que la excusa son las pensiones, la sanidad, la educación, las
carreteras, y por eso prefieren , aplican, la imposición directa, con recibo
anual siempre ascendente, sea cual sea la circunstancia de la economía, del
ciudadano o empresa. No les gusta el
indirecto que la gente se lo salta si no consume.
Y lo peor es que no es la izquierda la que más sanguinaria
es con los sufridos contribuyentes, no, ni hablar. Montoro del triste PP, es un
ejemplo palmario, conspicuo, de la sanguijuela de Institución. Donde además la
inmensa mayoría de los atracos son más tarde revocados pero sin analizar el
rastro de caídos, defenestrados, muertos o dañados que dejan esas decisiones en
manos de auténticos Psicópatas de la exacción fiscal. Fiscalmaníacos, enganchados
a esa adicción y reclutados por los gobiernos
insaciables.
Así y todo como en economía existe el “origen y destino de
los fondos recaudados” el famoso “Cash Flow o flujo de caja”, nunca el problema
está en el origen, en lo recaudado. Lo
que es repugnante es el destino, su reparto, su derroche, su distribución, su
manejo corrupto.
La hacienda es un arma antidemocrática, totalitaria, rozando
lo Teocrático. Sin control del destino
de lo recaudado, sin escrupulosidad, rigor, seriedad y decencia, la Hacienda
debería ser clausurada. Primero y antes hay que proteger el destino, antes de
recaudar sin Tino. Y de las necesidades del destino, aplicar las exigencias del
origen.
Desde los liberales y
ya que al parecer en este país, el prestigio de los legisladores, funcionarios
o grandes profesionales de todos los sectores, incluidos los mediáticos y docentes no es algo que la mayoría pretende
proteger, debemos denunciar y actuar contra estas prácticas infames,
deleznables. Como ni la dignidad ni el
prurito, honor, ética o moral están dentro de los objetivos de nuestros
dirigentes, debemos plantearnos la INSUMISION.
Es la última de las batallas que
nos queda a los Liberales por librar.
A reflexionar
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