Es una cosa cierta y es verdad, que la Economía no es una
ciencia exacta. No es Física, vamos. De suyo
y también de hecho, una de las definiciones cortas de Economía es “la administración inteligente
de los recursos escasos”. No quiero empezar ya con ironías, pero en nuestro
llorado País, no se administra, ni mucho menos inteligentemente, ni tenemos demasiados
recursos, y los que hay son escasos para una mayoría pero ilimitados para los
que los manejan a su albedrío libérrimo. Pero la Economía se basa ante todo en
el empirismo. El de la prueba y error. Experiencia, historia, y observación.
Que van a saber estos indocumentados que nos gobernaban y gobiernan, ni les interesa, lo que dure
durará y ya saltaran a otro charco cuando se agote este.
La polémica de estos días, se basa sobre todo, si uno quita
la paja de lo que nos quieren vender, y con lo que nos quieren distraer, en que
se necesita aumentar la recaudación en todos los estamentos “coercitivos” y
confiscatorios de este País. Que son
cinco Administraciones las que padecemos con derecho de pernada además de las
Sgaes, Cámaras, etc., que son muchas más.
Sea cual sea el resultado de estas
actuaciones, lo que han decidido es que se aumente la recaudación para que sus
cuentas de despilfarro, corrupción y amiguismo,
de TODOS, que enmascuyuleo para que no me llamen tendencioso, sigan
cuadrando como si los 6 millones de parados, quizás más (incluyo en la cuenta a
los autónomos, ellos no), y miles de emigrantes siguieran aportando
contribución al sistema. Tampoco debemos de olvidar el otro millón de empresas
que ha cerrado, y las que por supervivencia pura, o autodefensa, se han
sumergido. Reconoce este Gobierno que es mas de un 25%, calculen el índice de
desviación habitual entre lo admitido y la realidad y les saldrá algo
espantoso. Es algo horroroso. Unido a esto, el informe de Caritas
afirmando que el 30% de los españoles
están en el umbral de la pobreza, indican que nuestro panorama es desolador.
Claro, la subida de impuestos es lo que un imbécil redomado,
ignorante brutal, o bobo de baba,
recomendaría como medida
inmediata para seguir en el machito y “botando pasta”. Prácticamente todo el
mundo que haya leído alguna vez algo serio de economía y se le haya pegado
algo, sabe que hay ciertas actuaciones, que cuando se acometen, la experiencia
de años y de otros países, salvando las distancias distintas y distantes lo
enseña, producen nefastos resultados, para los ciudadanos y para el futuro.
Ciertamente cada vez que se destruye tejido industrial o tejido comercial, e
incluso cuando de destruye entradas de visitantes o turistas, la recuperación
es casi generacional. Quiero decir con esto que, los Turistas que cuando los
hemos pedido no volverán todos, los que se pierden no vuelven en la misma
cantidad. Una vez que se destruye actividad, el retorno es incierto. También
las nuevas generaciones cambian de
gustos o tendencias y si a esto se une que cada día surgen destinos
industriales o comerciales, en suma, competencia, no volverán. Y si pongo
énfasis en esto es porque, sabiendo que es lento y difícil es más rápido,
siendo lejano, recuperar turismo que tejido industrial o comercial. Estos dos sectores los verdaderos motores de la economía, son
muchísimo más lentos en rebrotar. Primero porque el sesgo del español joven es
tener como objetivo – lo han conseguido, si es merito que se lo reconozcan- ser
funcionario, o subvencionado, o buscar algún “chollito”, luego es difícil que
se incorporen empresarios al flujo económico, ya que son demonizados y encima
las trabas, los inconvenientes y la farragosa normativa impositiva, por otra
parte incumplible, desincentiven a la inmensa mayoría de los que deben de crear
empleo y contribuyentes por ende.
La subida de impuestos, disminuye el número de
contribuyentes, y en la mayoría de los casos, dado que no estamos en
competencia perfecta- no existe- ni en un laboratorio acondicionado a tal fin,
no solo absorben el aumento del impuesto sino que disminuyen la recaudación al
ser menos los que estén dispuestos u obligados al pago. Si La base de
contribuyentes fuera inamovible- ya le gustaría al gobierno-, y el tipo impositivo
subiera, tendrían razón. Pero cuando se suben los impuestos, las trabas, las
tasas, las normas y los controles así como se exacerban las inspecciones y se
deniegan los derechos de los contribuyentes en todos sus casos, y cuando hasta
conducir se convierte en recaudación, la base de los contribuyentes baja y baja
muchísimo. Se quedan en casa, se dan de baja del autónomo, cierran las
empresas, se desorbita el paro, se van los inversores, se deja de consumir, se
deja de gastar, se evitan las transacciones, al menos las afloradas, se
incrementa el fraude-supervivencia- y se revienta por una generación la posible
recuperación. Y como corolario, si la base baja, la subida del tipo no solo se
anula sino que se corre el peligro muy probable de que encima baje. Eso es lo
que está ocurriendo. Muchos gastando, muchos corrupteleando, y los ciudadanos
escondiéndose de la recaudación salvaje, y por ello cayendo ésta en picado. En
corrupción total, hasta la democracia peligra, ojo al dato.
Los números son tozudos, inventar tonterías puede servir
para las bases voluntariosas de algunos partidos, pero no tornara lo negro en
blanco. Hay que pintar.
A reflexionar
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