LA
VOZ DE CÁDIZ
ENRIQUE
GARCÍA-AGULLÓ
El indulto tiene una ‘s’
Las leyes, repito, las hacen los políticos, no los jueces
26/06/2021
LA VOZ PREMIUM
Pues
sí, y según donde se ponga la ‘s’ se entenderá de una manera o de otra. Si
cambiamos la ‘d’ por la ‘s’ se tratará de un insulto tal como lo han sentido
tantísimos españoles y eminentes juristas. Si se escribe la ‘s’ al final de la
palabra se trata ya de un indulto generalizado a todos esos condenados que se
han valido de él. Y aunque Concepción Arenal nos dejo dicho aquello de odia el
delito y compadece al delincuente es que esta gente indultada, de odiar el
delito, nada de nada.
En
torno a este fenómeno político se han suscitado estos días innumerables
comentarios que no vamos a repetir, pero digo político porque eso ha sido
lo que ha movido al gobierno a otorgar este indulto, un indulto
aprovechado e inmediatamente denostado con desprecio y con descaro por los que
se han beneficiado del mismo, los de «lo volveremos a hacer».
El juicio que se
siguió hasta la condena de estos delincuentes ahora indultados fue transparente
y procesalmente ejemplar. Las condenas que se dictaron no fueron ningún castigo
al pensamiento político de los condenados, que ha quedado indemne y a salvo de
cualquier censura judicial como era de esperarse y como tan gráficamente
acabamos todos de ver, sino por delitos comunes previstos en las leyes que
hacen los legisladores, que no los jueces, porque aquí hay mucha confusión
bastante mal intencionada, como pasa con lo del Consejo de Europa que no es la
Unión Europea. Las leyes, repito, las hacen los políticos, no los jueces.
Han
pasado 46 años desde que se acabó el franquismo, cuanto menos dos generaciones
de españoles y, si tomamos como partida las elecciones de 1977, en todos estos
años bien que podrían haberse puesto al día Sus Señorías que, sumando y sumando
sus catorce legislaturas, ya saben, legislatura por lo de legislar, han ido
sucediéndose entre diputados y senadores en torno a 8.000 escaños y eso sin
meter en la cuenta a los otros legisladores, los regionales. O sea, tiempo ha
habido más que suficiente para poner las cosas al día, pero han preferido ir
poniendo al día las cosas de su interés, especialmente las de sus cuotas de
poder y las de sus principios ideológicos, todo muy lejos de aquel generosísimo
principio doceañista que obligaba a conservar y proteger a la sociedad con
leyes sabias y justas, así como a buscar la felicidad de la nación y el
bienestar de los individuos que la componen. ¿Creen ustedes que eso es lo que
pasa ahora, que lo que se está legislando es por el bienestar de los españoles?
Yo
no quería hablar hoy de esto, sino de otras cosas, pero como resulta que esas
cosas también tienen la S como protagonista, acabo con ella estas líneas. Sin
mascarillas, sin planes, sin sensatez, éste es el futuro inmediato. El presente
ya se ve, manga ancha para eso que llaman el ocio nocturno y que los
informativos nos muestran cual suerte de hordas de nativos y guiris en juerga
abierta saltando y gritando cada noche en una orgía de aerosoles desde el
coladero de Gibraltar hasta el Levante español y hasta por el Levante
indultado. Y el gobierno en lo suyo, en lo del indulto y la magnanimidad.
Yo
no sé cómo se están preparando para las cepas Delta y siguientes, pero deberían
de explicarnos algo antes de que nuestros sanitarios se vayan también de
vacaciones en su más que merecido derecho porque en verano, excepto en lo del
turismo, parece que se echa abajo la baraja. Ahí están nuestros vecinos con
todo lo que tienen y aquí no se ve que nadie haya puesto aún sus barbas a
remojar. Así que las únicas S que parece que nos van a quedar serán las de un
SOS desesperado ya que, en esta España nuestra, bueno, de ‘neosocialistas’,
comunistas y demás aliados de investidura, también nos estamos quedando sin
otra cosa más, eso tan justo y preciado que se llamaba el interés general.
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