JUICIOS
DE RESIDENCIA
L. Soriano
Alfonso
el Sabio, en sus Siete Partidas, o conjunto de Leyes asimilables a una Constitución,
ya tuvo el acierto en el siglo XIII de incluirlo en ellas. Alfonso XI, en el Ordenamiento
de Alcalá lo perfecciona y queda establecido como algo inherente al control del
poder de los altos funcionarios reales. No me voy a inventar nada, les
reproduzco su definición más acertada y ajustada al espíritu del mismo.
“El juicio de residencia tuvo en la administración indiana una gran importancia, y comprendía a toda clase de funcionarios, desde Virreyes y Presidentes de Audiencia hasta alcaldes y alguaciles.
Todos los virreyes debían pasar su juicio de residencia antes de que tomara posesión del cargo su sucesor, pero en el siglo XVIII estos juicios se realizaban una vez que había regresado a España. En este largo proceso se analizaba el grado de cumplimiento de las instrucciones recibidas a lo largo de su mandato y durante seis meses se investigaba su labor, reuniendo numerosa información a través de diferentes testigos. Otra de las fórmulas empleadas por la Corona para controlar a sus funcionarios, incluido el virrey en su calidad de presidente de la audiencia, era a través de la inspección conocida con el nombre de visita. Efectuada por un visitador, nombrado para el caso por el rey, tenía como fin conocer los abusos cometidos por las autoridades, proponiendo las reformas necesarias”
¿A que les gusta? ¿Creen en serio que alguno de nuestros políticos más conspicuos de la actualidad, pasaría un juicio de Residencia? Pues ya se responderán ustedes. Se permitía a todos sin excepción declarar, incluidos sus enemigos o afectados por sus decisiones. Dado que el aceptar el cargo era voluntario, si se aceptaba, incluía este capítulo que si no garantizaba, si moderaba la posibilidad de que existieran tiranuelos corruptos, y comisarios torturadores.
Ah!, Seria magnifico, ver pasar por un juicio de residencia a más de uno de los politicastros que nos ningunean y que con nuestro dinero y con la confiscación del fruto de nuestro trabajo, disfrutan de las más variadas prebendas si la escrupulosidad ni el rigor debido. Llegando a proclamar que “el dinero público no es de nadie”.
Juicios de Residencia, cuanto antes, y que buenos ciudadanos seriamos si tuviésemos unos buenos gobernantes.
A reflexionar.
0 comentarios:
Publicar un comentario