FOCUS
FROM ASIA. Igualdad.
L. Soriano
De
entre las múltiples opciones culturales, intelectuales, de servicio y
esparcimiento que me ofrecía la ciudad de Bangkok, ayer elegí personarme a oír al famado periodista y
analista político del Bangkok Post Khun Voranai
Vanijaka.
Sabia de el por mi suscripción al periódico de muchos años. Y últimamente había
pulsado su fuerte enfrentamiento con la clase política y la alta sociedad
Thailandesa. No solo eso, sino también crítico con China y con otros países de
su entorno. Su Currículo, impecable. Su paso por universidades desde Londres a
Austin, además de por la Universidad del South Bank avalan su preparación. Y el
titulo de la charla, llamativo. IGUALDAD. Me pico la curiosidad primero y me
capto la atención después. Voranai es un hombre pequeño y delgado, pero irradia
una fuerza interior y sus palabras son tan exactas y precisas sobre lo que
quiere decir que la admiración surge desde el principio de su intervención.
Odia la corrección política y no tiene pelos en la lengua para tratar temas
tabús en sociedades asiáticas como la Thailandesa, donde las tradiciones y la
“cultura” manda en todos los campos, sectores, segmentos y nichos. Lo impregna
todo, y el no está de acuerdo.
Según
nos dijo, en Thailandia no hay igualdad. Y cuando creíamos que ya lo
sabíamos nos espeta que el no quiere
hablar de las clases menos favorecidas como habitualmente hacen muchos,
demagogos sobre todo. No. Nos dice que en Thailandia por ejemplo existe una
democracia “Thai style” donde la igualdad no existe y que los más necesitados
de que esto cambie son los que más apoyan al sistema que padecen. Y nos explica
por ejemplo que en Thailandia los pobres, un 25%, reciben subvenciones, un
clase semi media, que son el 35% no pagan ningún impuesto de ninguna clase. Y
es una fuente de votos importantes a captar por esta situación. Pero es que
además las clases dominantes, un 10% tampoco pagan nada. Las grandes empresas
pagan muy poco por sostener un desempleo irrisorio que pondría la cara colorada
a cualquier ministro de trabajo europeo. Por lo que solo pagan impuestos
elevados las clases medias, un 25% del total de los 75 millones de habitantes.
Hay pues una desigualdad Fiscal que lleva al fraude y al sumergimiento o a la
ruina económica. Nosotros de eso sabemos bastante.
Nos
dijo además que hay ciudadanos de varias categorías, con la aceptación de todos
porque está bien arraigado en sus genes culturales. Paralelismo una vez más
asombroso con lo que nos ocurre a nosotros. Los políticos, los financieros y
los que se cobijan bajo el manto del “Amo”, son especiales. Los que vamos por
libre somos únicamente material exprimible. Así pues no es posible avanzar en
esta sociedad donde los ricos siempre y cada vez serán más ricos y los pobres,
algunos, pasaran a ser vulnerables y extorsionables a medida que compren
propiedades con sus esfuerzos. Es absolutamente injusto, reconociendo que a
quien no tenga se le deba ayudar, que solo un cuarto de la población sostenga
todo el entramado del 75% restante además del suyo. Es una desigualdad profunda, que a la larga
provoca la crisis, la ahonda y sobreviene la ruina económica de un país en el
que se podría vivir bastante bien si las cargas fiscales imprescindibles se
repartieran entre la inmensa mayoría. Al subvencionar sin control para la búsqueda
de votos, se cercena la posibilidad de que los subvencionados dejen de estarlo,
ya que dejarían de recibir el subsidio. Los que aun no llegan o no declaran
porque sus negocios o trabajos son productivos pero aun pequeños, no les
interesa salir de esa semiclandestinidad propiciada. Y votaran a quien le deje
tranquilos. Los Oligarcas, que manejan los hilos son los receptores del 90 % de
la obra pública y de los grandes negocios internacionales, y su fiscalidad es
tirando anula porque sus asuntos están a salvo fuera y sin control nacional.
Las empresas medianas o grandes contribuyen al pleno empleo y por ello pagan reducidísimos
impuestos, la protección arancelaria, es autarquía pura, y así, a quienes
machacan es a quienes asoman la cabeza o no les queda otra ya que lo que
reciben esta aflorado. En
los funerales de Pericles el Tucidides aseveraba que “no es desdoro ser pobre,
sino no hacer nada por salir de la pobreza” y que “La ignorancia no es deshonor
salvo que vaya unida a la riqueza”
La
charla termino como empezó, con inquietud por las palabras del analista en un país
donde señalar a los poderosos trae complicaciones. Y donde la casta política tampoco
está a salvo cuando pretende modernizar al país separando a la oligarquía de
las decisiones fundamentales, aunque sea en su propio beneficio. Las poderosas
familias cercanas a las cúpulas del poder efectivo tardaran en aceptar la
retirada a sus multimillonarias mansiones y oropeles como ocurrió en la India
de los Maharajás. Las coincidencias distintas pero no distantes son asombrosas con lo que
nos ocurre tan lejos. A
Reflexionar.
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