LA
LEPRA DEL ABSENTISMO
L.Soriano
De entre las múltiples carencias que el sistema de leyes
y normativas laborales que existen en España, y que hacen que el paro endémico
o permanente sea de aproximadamente de tres a tres millones y medio de personas, el
absentismo es la peor de todas.
Si se une a que el empleo en España tiene que nutrirse en
asalariados de baja formación y de escasísima productividad, en la mayoría de
los casos, el panorama que nos ofrece es desolador.
El absentismo, que no la baja real por motivos reales y demostrables,
es un sistema de “venganza”, contra salarios bajos y condiciones laborales que
el trabajador considera “injustas”, al no cumplirse las altas y exageradas
expectativas que creen se merecen. Muchas veces, las más, sin razón alguna, ya
que con poco esfuerzo de preparación y sin una productividad real, estos
“absentistas profesionales”, pretenden tener salarios o condiciones como los
que aparecen en la tele de las telenovelas.
El absentismo, como la enfermedad de Hansen, se extiende
en el cuerpo laboral español y provoca una “carcoma” de la productividad
empresarial que merma muchos de los beneficios de la empresa. Ya que la
empresa, tiene que seguir cubriendo los vacíos que producen los absentistas,
soportando ciertas cargas sociales y económicas, y normalmente no puede
reemplazarlos, con lo que la productividad y la eficacia, cae estrepitosamente.
Pero hay una incidencia muy grave y poco tratada y que
quiero señalar y denunciar. Cuando la baja es injustificada y no avisada, pero
incluso cuando lo es por el absentista “profesional”, carga sobre el resto de
compañeros del cuerpo laboral un peso extraordinario, difícil de soportar, y a
veces dañino a la salud y estabilidad emocional de sus compañeros.
La potestad del médico de cabecera en dar la baja, no
debe de ser cuestionada generalizando, pero sí que las Mutuas, deben estar
vigilantes a los enormes abusos que se producen. El médico no quiere
enemistarse con su paciente y se limita a cumplir con la ley vigente, y si bien
hay casos evidentes de enfermedad o dolencia que proceda a dar de baja, hay muchas
otras, y de muy larga duración, que deberían ser evaluadas mucho más
rigurosamente, y revisadas a lo largo del tiempo.
Repito, no solo por el bien y la salud económica de los
creadores de empleo, sino y sobre todo por puro compañerismo. El “listillo”,
que optimiza el calendario laboral, que perfecciona la consecución de bajas, y
que reiteradamente está de baja, hay que ponerle frente al espejo y hacerle ver
que sus ingeniosos escaqueos, son muy perjudiciales y perniciosos para la
comunidad trabajadora y empresarial. Y habrá que defenderse de ellos.
A reflexionar.
1 comentarios:
Apreciado Lorenzo, te dejas los representantes de los sindicatos y además trabajadores de la empresa que en un porcentaje elevadísimo no dan brote. Solo se dedican a ir paseando para recoger las quejas de sus compañeros y así fomentar más, si cabe, el odio al empresario.
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