CAPACIDAD DE APRENDIZAJE
L.Soriano
“Cuando los ciudadanos pierden la capacidad de aprendizaje, los países
se desmoronan y retroceden hasta el punto donde la recuperen”
Exactamente como ocurre con los empresarios, profesionales o
con las personas en general, cuando se pierde la capacidad de aprender, cuando
las percepciones más que los conocimientos son inamovibles a pesar de todas las
señales y certezas, el asunto pinta mal o muy mal. He tenido entrevistas para
solicitar empleo, donde el solicitante, a los pocos minutos de la misma y una
vez entendido a que se dedicaba la empresa, me daba lecciones de cómo había que
hacer las cosas. La capacidad de escuchar es lo peor que se puede perder en
todos los campos de la vida. Esto lleva a perder la capacidad de aprender cosas
nuevas y situaciones nuevas. En este mundo enfebrecido y cambiante que nos ha traído
bajo el brazo el siglo 21, nada es igual que antes, los valores y prioridades
son cambiantes y nada y ningún parámetro que antes funcionaba, parece funcionar
ahora. Cuando se pierde la capacidad de aprender, se es incapaz de adaptarse y
por lo tanto de avanzar en un horizonte distinto. Se aferra a una idea, las más
veces idílica y falseada del pasado, y se espera a que vuelva, como quien
espera a un ser querido fallecido, sin querer aceptar que no volverá jamás.
Normalmente el aterrizaje en estos casos es violento, nos cruje el
entendimiento o el deseo y nos puede dejar heridos emocionalmente de por vida.
Afortunadamente, a pesar de la tozudez inicial de no querer aceptar la
realidad, de no querer creer que ya hay que salir, moverse o correr en su caso,
en la mayoría de los casos, viene un periodo de reflexión al sentir los
mordiscos de la inmovilidad o de la falta de elegir opciones, que nos lleva a
un despertar lento. Si es muy lento, las novedades nos pasaran por encima, si
no corremos o no nos anticipamos nos arrollaran algo mas tarde. Pero, ¿como
acertar? No hay regla, aquí hay que espabilar y sobe todo escuchar todo y a
todos, leer todo y de todo, muy atentos
pero seleccionando lo que más tarde se asimila. Saber a quién creer es lo mas importante,
en quien se deposita la confianza es fundamental, aunque a veces tenga que ser
en uno mismo. Ya saben… “camarón que se duerme…” En cualquier caso nunca se
cierre al aprendizaje por muy descabellado que sea lo que le propongan y por
mucho que añore aquellos tiempos pasados, que nunca volverán. Y además seguro
que no eran tan maravillosos. A Reflexionar,
1 comentarios:
Excelente.
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