HABLEMOS DE TURISMO.
Empobrecimiento de destino. L. Soriano
Este asunto, esta poco tratado, parece ser que no gusta, que
como todo en este corral en que nos han metido, es crispante y “hace daño”,
pero, no se dejen engañar, reflexionen conmigo y decidan después.
No todo el turismo que se recibe es bueno para el destino.
Eso lo sabe cualquiera que se dedique a ello, y deberían saberlo quienes para
desgracia nuestra y a pesar de ellos, manejan a su antojo las claves e hilos
del turismo. El Empobrecimiento del Destino, por el turismo es un hecho real y
se da en muchos lugares. Puede que cierta clase de turismo que viene en mochila
porque no puede llevar más en las líneas aéreas que lo traen y lo devuelve, no
nos interese; el que viene con el todo incluido pagado en origen, y que solo es
depredador de infraestructuras, consumidor de nuestras instalaciones, y
destructor de nuestras características vitales propias, como paz tranquilidad,
orden y limpieza, beneficie a algún empresario hotelero, de Parques o de vida
nocturna, ocio, alcohol y tabaco. Pero a la generalidad de la población, a los
turistas “rentables”, a los visitantes conscientes y solidarios y a los que nos
dejan vivir del turismo, los ahuyentan del destino.
Hace años, y ya lo he contado, asistí a un seminario de
“empobrecimiento del destino por los turistas”, en USA nada menos. Allí se nos
mostraba una población que tuvo que dotar de servicios, casi triplicarlos,
porque el aluvión estacional de turistas lo obligaban. Limpieza, policía,
sanidad, atenciones varias en general, e incluso dotacional. Sin embargo el
turismo que se recibía, era turismo de botellón, de algarabía cuando no
violento, que destrozaba mobiliario urbano, instalaciones hoteleras o de ocio y
que al estar mezclado con y en las poblaciones costeras con los ciudadanos
veraneantes o visitantes digamos “normales”, enfrentaba a ambos bandos
irreconciliablemente, ahuyentando a los que ni destrozan, ni malusan, ni
estropean el ambiente ni el paisaje. Ya en el compartir el viaje, en ciertos destinos
con vía aérea únicamente como posibilidad, espanta a muchos turistas por tener
que compartir viaje con personas sin educación, y con mucho alboroto. Distingamos alboroto con
desmanes, y ya sabemos que la autoridad en este país es cuestionada siempre y
por todos. Vean los telediarios y verán que es generalizado que España es un
destino barato, donde se puede hacer y destrozar lo que se quiera, sin
responsabilidad alguna, y donde la policía no puede hacer nada.
La solución pasa por olvidarnos de líneas aéreas de baja
calidad para que los políticos se `pongan medallas con las “cabezas” turísticas
que traen. Que la limpieza, el orden y la seguridad sea costeada por los que
originan los alborotos o los establecimientos que los albergan o reciben para
las juergas, y sobre todo, sacar de los centros turísticos urbanos los lugares
de ocio, y trasladarlos a polígonos cerrados, con controles a su entrada y
salida.
Los ciudadanos perdemos dinero con este turismo, Puede que
algún empresario gane puntualmente, pero el resto y el mismo afortunado se
cavan la fosa. Y lo que es peor, nos empobrece el destino, y con él a todos
nosotros.
A Reflexionar
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