Nos han querido contar y cantar milongas, de lo que éramos y
de lo que podíamos hacer. De lo malo que eran otros países donde no se “protegía”
a todos, “gratis”. Justicia gratuita, sanidad universal y gratuita, enseñanza
gratuita, y capacidad de los gobernantes, políticos, en hacer y deshacer a su
antojo, sin límites, sin retroceso previsto, sin rigor, sin responsabilidad, con
inmunidad e impunidad.
El
aterrizaje ha sido brusco y violento en la realidad. De repente, todo se ha
derrumbado, menos la capacidad de nutrirse de los gobernantes, políticos y
clase anexa, allegada o parental. Se han retirado todos esos “derechos”, se ha
confesado que gratis no era nada, que alguien lo pagaba o lo pagara. También se
ha empezado a pedir que se devuelva todo lo que en su día se pidió, con esos contratos
que firmamos, bendecidos por los gobiernos de turno, que nos “protegía y
animaba” a comprar, consumir e invertir. Den por
cierto que lo hecho será difícil retrotraerlo con las Leyes en vigor en la mano,
Leyes que por cierto no se han abolido aun ni penados sus redactores. Pero el
carajal financiero podría ser tremendo. Así pues, eso no es materia donde
debamos perder demasiado tiempo, nos han engañado todos y a todos, los
mentirosos y los mentidos y debemos pagar nuestra parte de culpa. Lo que si
podemos hacer es reclamar a lo que si tenemos derecho, como ciudadanos, como
seres humanos que viven en comunidad, al amparo de una constitución en un Estado organizado como si de fuese un
Estado de Derecho. Tanto
es lo que se ha gastado en tinta en criticar a otros países, y sobre todo a USA
por su política referente a la sanidad, a la enseñanza y a otros muchos “derechos”
que disfrutábamos y nos contaban que eran gratuitos, que acabamos creyendo que teníamos
un sistema como poco “milagroso”, con fondos inagotables y que seguramente venían
del “mana” que los políticos derramaban sobre la sociedad. Pues ya ven que no.
Era todo mentira. Solamente un ejemplo; el desahucio es inevitable, no debería ser
efectuado por la policía, que esta para servir y cuidar. Pero en cuanto a
Servicios Sociales, para ayudar a familias sin recursos y sin alojamiento por
las razones que sean, nos dan sopas con onda los denostados americanos. Eso sí,
para acceder a estos servicios gratuitos, hace falta demostrar seriamente la
ausencia de recursos. Y la Sanidad de los que quedan desasistidos es ya en
estos momentos infinitamente mejor que la que nos ofrecen con copagos farmacéuticos
de hasta el 60% y con listas de espera de dos años para especialidades, no digo
para otras cosas más importantes. Y encima, lo que hemos pagado por tener estos
servicios que ahora nos niegan, que es incalculable, desmesurado, e irrecuperable,
habiendo sido de pago obligatorio. Teniendo
en cuenta además que dos millones de españoles han tenido que hacerse un seguro
privado para poder tener una sanidad decente, pero deben de seguir pagando las
cuotas obligatorias, implacables y confiscatorias de la Seguridad Social. Pero el dinero es para otras cosas, para “sus”cosas. La pensión
que se nos anuncia da miedo, y la eficacia de pagarla hoy por hoy es nula. No
podremos alcanzarla y mucho menos que nos sea rentable lo que pagamos al estado
por algo que ellos mismos ya nos dicen que no está asegurada en absoluto. ¿Aprenderemos?
Necesitaríamos que se nos deje ya de contar historias inalcanzables, ni de
ofrecernos falacias de cuento de hadas, y se nos ofrezca unas soluciones mejor
estudiadas para la situación actual. A
Reflexionar
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