Justicia Turistica


SENSIBILIDAD TURÍSTICA L. Soriano

El poder judicial

 

LA LEY, que como es de sobra sabido, no siempre hace justicia, debe ser igual para todos. Y, si esto fuera posible, debería de ser aplicada con rigor en los casos, semejantes y a todos los niveles. Dicho esto, cabe que tanto al ciudadano de a pie, como al encargado de administrarla, le puedan parecer por ciertas circunstancias excepcionales, unas actuaciones peores que otras. Al menos está muy claro para mí que, salvo los delitos mayores, que aquí, gracias a la insularidad, los mantiene en cifras no muy altas, hay otro tipo de delitos mal llamados sociales, con los que se nos pretende hacer convivir e incluso creer que son inevitables, por inherentes a la condición humana, pero que, a veces, incluso los delincuentes presumen de ellos veladamente. Me refiero principalmente a los delitos relacionados con las drogas, tratando de olvidar que, al menos en una fracción de tiempo, el consumidor, el traficante, y este a su vez con el mayorista, forman una cadena de cómplices. También a los delitos de abusos a menores, que pretenden ser explicados e incluso ocultados en evitación de males mayores, y también, a veces, hasta tratan de embaucarnos y dar ejemplos de países más adelantados, toda esa horrenda demagogia. Y cómo no, los que cometen, y no sólo éticamente los docentes con sus educandos sobre los que tienen ese poder de captación, ya que no los conocen en las cafeterías, sino como si fueran peces en una bañera. Tengo hijos menores y estudiando, espero haberlos educado de manera que ningún desalmado de este tipo pueda estropearles la vida, algunos de estos últimos delincuentes, deberían pensar en esto.

Sin embargo, lo que trataba de introducir era la reflexión, al socaire de lo expuesto, es la necesidad de que por nuestras autoridades primero y, de nuestros jueces después, cierto tipo de delitos, que atentan contra la principal fuente de riqueza que nos da nuestro bienestar, sean juzgados con todo su rigor y sean solicitadas y prevenidas las máximas penas, en los supuestos, todos, que se consideren oportunas. Mi formación jurídica existe, aunque es escasa, pero creo que esto es posible.

En los transportes públicos londinenses, existe un lema bien visible, "en aras de un transporte seguro, nos comprometemos a acudir a todas las causas de delitos cometidos en estos transportes y solicitar las máximas penas para los delincuentes". Creo que sería una magnífica medida a aplicar entre nosotros. Los delincuentes dejarían de venir a hacer su "agosto" a nuestras Islas, a espantarnos a nuestro turismo, a reventar y hacer inútiles nuestras campañas de promoción, algunas millonarias, con una medida como ésta. Los responsables además demostrarían una sensibilidad turística, al ser estos delitos verdaderos atentados contra nuestro medio de vida fundamental.

Consigamos nuestro lema y hagámoslo saber a todos, a los delincuentes y a nuestros visitantes.

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